Tecnologías libres para la Historia y la Cultura en Guantánamo.

Resumen: Desde Manzanillo a Guantánamo. El uso y el valor del software libre (SWL) para difundir, promover y socializar historia y cultura.

Por: Delio Orozco González.

En su condición de difusor de la historia y la cultura de ese espacio que gusta llamar «Cuba Profunda» (nada que ver con el “interior”, reino este de ginecólogos y proctólogos), llegó Delio Orozco González a la tierra donde primero sale el sol en Cuba invitado por el Comité Provincial de la UNEAC. El manzanillero arribó a la tierra del Guaso en buen momento; pues, iniciaba allí la Semana de la Cultura pensada para homenajear el natalicio 142 del preclaro intelectual Regino Eladio Simeón Boti Barreiro y el 125 aniversario del alzamiento en La Confianza, pronunciamiento libertario que marca en Guantánamo el reinicio de la contienda bélica por la independencia cubana del dominio colonial español.

No le place al manzanillero el maridaje con los oportunistas; sin embargo, no desprecia las oportunidades porque sabe que estas se toman o se dejan, pero no se repiten. Por ello, coordinó con su amigo y antiguo compañero de trabajo Carlos Pollán Estrada -sociólogo devenido informático-, y en el Palacio de Computación, ubicado en una de las arterias más concurridas de la ciudad: la calle Pedro Agustín Pérez y Pérez (Periquito), charló el miércoles 19 de febrero con los integrantes del Grupo de Desarrollo sobre el Software Libre (SWL) como plataforma de elección para informatizar la sociedad cubana, explicitando sus argumentos con experiencias concretas, a pesar de la frialdad e indiferencia con que han sido recibidas, en más de una ocasión, sus obsesiones de servicio empleando tales medios. Luego, encaminó sus pasos hacia el Archivo Histórico Provincial, emplazado en la misma vía y, después de platicar con sus homólogos, les copió las Enciclopedias digitales dedicadas al Padrazo Carlos Manuel Perfecto del Carmen Céspedes y del Castillo y a Celia Esther de los Desamparados Sánchez Manduley.

Al día siguiente -jueves 20 de febrero-, doble jornada. A media mañana, en la sede de la Unión de Historiadores de Cuba en Guantánamo, tuvo el manzanillero la oportunidad de dialogar a viva voz con estudiantes de medicina y, enciclopedias digitales por medio, explanar, apuntar, sugerir, proponer, comentar y contar -que “Historia que no cuenta es como canto que no canta”, decía Horacio Pendás-, momentos cardinales del decurso cubano en que hombres de fortuna y vida muelle abrieron un parteaguas en la vida de la ínsula, iniciando así una carrera por la libertad y la justicia que no ha de terminar mientras haya hombres y mujeres -y en verdad los habrá-, como Carlos Manuel y Celia Esther. Antes, el historiador obsequió a los presentes ejemplares del boletín cultural «DeManzanillo» en su octava salida, empeño editorial independiente, obra de amor y servicio a una ciudad que languidece bajo el peso de una decisión tomada en 1976 y que increíblemente, a pesar de los justos y continuos clamores, no han sido atendidos por aquellos que pueden y deben hacerlo. Cree Orozco González la conversación penetró la estatura sentidora del auditorio porque, comentaban entre si los futuros galenos, la presentación se pareció a las clases dadas por el Profesor de Historia en la telenovela cubana que actualmente se trasmite; empero, más que ello, piensa el historiador, por el deseo confeso de alquilar un ómnibus, atravesar de este a oeste la cabeza del caimán y llegar hasta Demajagua, Altar de la Patria, para aplacar una sed emocional y de espíritu que solo puede saciarse cuando se bebe en el fontanar sagrado donde los cubanos comenzaron a ser hombres porque decidieron ser libres.

En la sede de la Unión de Historiadores de Cuba (UNIHC), Delio Orozco González entregó a estudiantes de medicina el boletín cultural «DeManzanillo» No. 8 y presentó las Enciclopedias dedicadas a Carlos Manuel de Céspedes y Celia Sánchez Manduley.

A las 5.00 PM todo estaba listo en la UNEAC para la presentación de los «Anales de la UNEAC de Guantánamo». ¿Y qué son los Anales de la UNEAC?, inquiere cualquiera con justa razón. Así llamó el Vicepresidente del gremio de intelectuales manzanilleros a un proyecto que pretende llevar a formato digital la historia de la organización y el laboreo creador de sus miembros donde quiera que haya un Comité Provincial o Municipal de la UNEAC. La propuesta, presentada al Secretariado Nacional de la Organización tuvo allí, entre sus integrantes, cálida acogida -a diferencia de otro organismo-, y como reza el refrán de que nunca es tarde si la dicha llega y la dicha llegó de manos de aquellos coaligados en la UNEAC, se puso manos a la obra para, en tres momentos diferentes (oriente, centro y occidente) compendiar, promover, difundir y socializar un hacer creativo que, desparramado por toda la geografía antillana, dice de la pasión, gozo, dolores, penas y alegrías de aquellos que creen en el poder redentor de la cultura porque ella salva y redime. Para crear los Anales… se emplea la misma tecnología libre (Alarife) empleada en la confección de la Enciclopedia Manzanillo, la cultural de Manzanillo, la del bayamés Carlos Manuel y la medialunera Celia Sánchez.

Congregados en magnífico salón, nutrida representación de la vanguardia intelectual guantanamera acudió al convite, a fin de cuentas, era su obra el centro del proyecto y a conformarlo habían contribuido todos. El comunicador de la AHS en la más oriental de las provincias cubanas sirvió de interlocutor a Orozco González y Margarita Canseco Aparicio, historiadora y miembro de la Sección de Escritores de la UNEAC en el territorio; quien, en modélico compromiso, gestionó e hizo llegar al historiador manzanillero la información que relacionada una con otra (textos, imágenes, sonidos y vídeos) evolucionó hasta convertirse en multimedial y devenir en la primera versión usable del supradicho producto digital «Anales de la UNEAC de Guantanamo»; el cual, técnicamente, es un sitio web portable, multiplataforma, actualizable y de fácil consulta.

Los miembros de la UNEAC en Guantánamo brindaron por la obra común.

Después de explicado el funcionamiento del sitio, la estrategia para su sostenibilidad en el tiempo, las formas y modos de actualización, el derecho que asiste a cada miembro del gremio intelectual a contar con una copia del mismo, la intención de publicarlo en el servidor nacional de la UNEAC y distinguir cada producto con un ISBN otorgado por Ediciones Unión con el objetivo de legitimar su existencia y legalizar su circulación, se escuchó el sentir de la membresía en el sentido de la gratitud por la culminación de un esfuerzo concreto y más que ello, la obtención de un producto de utilidad para dar a conocer, desde los mismos lugares de residencia y resistencia, las muestras de una cultura que no es ni mejor ni peor que otras, pero que hace reconocible claves vitales de existencia humana en un tiempo y en un espacio; o sea, en un aquí y en un ahora. La canción, hecha bolero, acompañada de guitarra y flauta, puso cierre a la cita.

Paula Villalón Fernández, estomatóloga de profesión, cantante, miembro de la Sección de Música y quien ese día 20 de febrero cumplió un año más de vida, regaló a los presentes su voz y sus sentimientos.

Manzanillo de Cuba, domingo 23 de febrero de 2020.