Resumen: Diecisiete respuestas y una sola pasión de patria: Cuba.
Por: Delio G. Orozco González.
Historiador.
Manzanillo de Cuba.
EL CONTEXTO:
En 27 de junio de 2018, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estados y Ministros de la República de Cuba visitó la ciudad de Manzanillo. La forma en que las autoridades locales prepararon el recibimiento y la ocurrencia de un acontecimiento de todo punto inaceptable, en tanto contravino los más elementales fundamentos de respeto, justicia y derechos ciudadanos consagrados por el estado revolucionario, motivó la escritura -el domingo 8 de julio-, del artículo «Impresiones de una visita presidencial», texto del cual entregué copia impresa a las secretarias del Presidente del Poder Popular y el 1er. Secretario del PCC en el municipio; al mismo tiempo, envié por correo certificado un ejemplar al Presidente de la República y por correo electrónico a más de 200 contactos. Finalmente, publiqué el artículo en el sitio http://manzanillocuba.com
En los primeros días de agosto el guionista del programa «Hallazgos», espacio de la televisión municipal Golfovisión, dedicado a promover la historia local y en el cual participaba de forma gratuita difundiendo la presencia de Carlos M. de Céspedes en Manzanillo y las circunstancias que definieron el parteaguas de la historia nacional el 10 de octubre de 1868, me informa oficialmente que, por decisión de las autoridades locales, específicamente el 1er. Secretario del PCC, se me prohibía seguir participando en el programa de marras y como consecuencia directa servir a mi país y ciudad. Entonces, en un acto de legítima defensa, no solo como ciudadano; sino, como profesional de la historia dedicado a enseñar y divulgar la historia y cultura en este segmento de la Cuba profunda, colgué un breve vídeo en Facebook denunciando el acto de censura, despropósito agravado si se tiene en cuenta que días atrás en franca y amplia discusión, los periodistas cubanos habían aprobado una nueva política de comunicación y estaba pronto a iniciarse el debate popular en torno al Proyecto de Reforma Constitucional.
Del vídeo se hicieron eco varios órganos de prensa digital con marcada orientación antigubernamental cubana y, desde el Miami Herald, me hicieron saber su deseo de entrevistarme. Decliné la solicitud y señalé que no tenía más nada más que agregar, que eran ahora los censores quienes tenían la palabra. El sábado 11 de agosto me contacta telefónicamente un periodista del diario Granma y -solidarizándose conmigo-, muestra interés en hacerme una entrevista para intentar publicarla en el rotativo para el cual escribe. Por razones obvias acepté y acordamos hacerlo vía email. Al enviar las preguntas dice: “Saludos Delio, le envío el cuestionario acordado. Tengo intenciones de publicarlo en el diario Granma. Espero se cumplan. Un saludo afectuoso.”
Escribí con intensidad y, en la madrugada siguiente (domingo 12), quedaron respondidas las diecisiete preguntas formuladas. Tres o cuatro días más tarde contacté nuevamente al periodista, me informó había entregado a Granma la entrevista y aunque en virtud de su extensión y el poco tamaño de la sección donde debía publicarse se había visto obligado a recortarla, las esencias habían quedado contenidas en el texto ofrecido al cuerpo editor del órgano de prensa. Casi dos meses después nada se ha publicado; por suerte, ya la fórmula de Gutemberg no es el único medio para hacer públicas las ideas y aquí está, para tirios y troyanos, la estatura sentidora de un hombre; quien, de haber estado el 10 de octubre de 1868 en Demajagua habría gritado a todo pulmón Independencia o Muerte; más tarde, y después de sobrevivir la dura brega de diez años de guerra, seguro hubiera vitoreado hasta el delirio a José Martí cuando el 19 de mayo de 1895 abrió sus brazos para decir: “Sepan que por Cuba estoy dispuesto a que me claven en la cruz”. Por supuesto, también lo hubiese acompañado al combate, porque había llegado la noche anterior a Dos Ríos formando parte de las fuerzas manzanilleras al mando del Mayor General Bartolomé de Jesús Masó y Márquez.
LA ENTREVISTA:
1.-Usted ha dedicado una buena parte de su vida a rescatar y promover la historia de Manzanillo ¿Qué lo ha motivado realmente a llevar a cabo esta labor tan dedicada?
Primero fueron razones prácticas, luego un destino manifiesto. Me gradué de Licenciado en Historia por la Universidad de Oriente en 1989; un año antes, mientras hacía la práctica de producción en el Archivo Histórico de Manzanillo, Wilfredo Naranjo Gauthier -el padre de Pachy Naranjo, Director de la Orquesta Original de Manzanillo y también Historiador de la ciudad-, me preguntó quién era Modesto Tirado Avilés y en mi supina ignorancia solo pude responderle con otra pregunta: ¿quién era Amenofis IV?; o sea, conocía más del antiguo Egipto que de la tierra donde moraba. Más tarde vino el Período Especial con sus años terribles y carencias de todo tipo que hacían difícil la búsqueda de información en otros archivos y bibliotecas, lo que confirmó la necesidad de acercarme al decurso histórico de Manzanillo en tanto las fuentes estaban al alcance de la mano y si quería ser útil a los míos debía escoger un segmento preciso. Finalmente, José Martí, el hombre que más me ha dado después del Cristo, confirmó el sentido de mi vida cuando apenas tres meses antes de morir sentenció: «Cada cual se ha de poner, en la obra del mundo, a lo que tiene más cerca, no porque lo suyo sea, por ser suyo, superior a lo ajeno, y más fino o virtuoso, sino porque el influjo del hombre se ejerce mejor, y más naturalmente, en aquello que conoce, y de donde le viene inmediata pena o gusto: y ese repartimiento de la labor humana, y no más, es el inexpugnable concepto de la patria» y remata el párrafo del artículo titulado «La revista dominicense» con este aserto magnífico: «[…] y ni se ha de permitir que con el engaño del santo nombre (Patria) se defienda a monarquías inútiles, religiones ventrudas o políticas descaradas y hambronas, ni porque a estos pecados se de a menudo el nombre de patria, ha de negarse el hombre a cumplir su deber de humanidad, en la porción de ella que tiene más cerca. Esto es luz, y del sol no se sale. Patria es eso.”
He aquí el por qué de mi dedicación a Manzanillo, que no es una foto ni un plano en la pared; sino, todos los hombres y mujeres que aquí nacen, trabajan, pelean, sufren, ríen, viven y mueren. Y aunque no soy natural de Manzanillo (nací en Niquero), de Manzanillo soy porque un hombre no es de donde nace; sino, de donde se hace y como en Manzanillo me he hecho y me han hecho, bien y mal, de Manzanillo soy.
2.-¿Cuáles son las principales satisfacciones e insatisfacciones que le ha entregado este trabajo como historiador de la ciudad?
Podemos dividirlas en dos tipos: profesionales y públicas. Entre las alegrías, el haber fijado la fecha del inicio del proceso fundacional de Manzanillo; la creación de la «Enciclopedia de Manzanillo», producto digital pionero en Cuba y hasta ahora la única de su tipo en el país junto a otras como la «Enciclopedia Cultural de Manzanillo», la dedicada al Padre de la Patria y últimamente la de Celia Sánchez Manduley; el uso, promoción y difusión del Software Libre como herramienta a propósito para la difusión de la historia y cultura cubana con la celebración durante cuatro años del FLISOL (Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre) y la creación del único repositorio de aplicaciones y productos libres de Cuba (REPOGUTL); la enseñanza y divulgación de la historia y cultura manzanillera y cubana en diversos espacios académicos en Cuba y fuera de ella; la contribución como profesor a la formación de Licenciados en la SUM (Sede Universitaria Municipal) y a la primera generación de Promotores Culturales cuando a inicios del presente siglo el MINCULT creó la carrera de Técnico Medio en Promoción Cultural; el decidido apoyo y participación en la aparición de la extinta revista cultural manzanillera «Áncora»; la escritura y conducción de varios programas de corte histórico en la televisión local y ser la persona que hizo posible la oficialización y conversión del Archivo Histórico de Manzanillo en una institución del MINCULT; pues, cuando llegué al lugar, la Dirección de Cultura en el municipio, para poder pagarme un salario, tuvo que asumirlo como una institución más. Suelo decir que antes de intelectual soy ciudadano y no escondo la satisfacción cuando mis coterráneos, reconociendo mi pasión, me saludan en la calle: ¡Adiós Historiador!
Las insatisfacciones son más de una, pero la más dolorosa tiene que ver con la negativa del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) a implementar un proyecto para preservar, promover y socializar la Memoria Histórica en Cuba empleando tecnologías libres, proyecto evaluado de realizable por una entidad del mismo CITMA, y que en un plazo de cuatro años y a un costo de solo 225,000.00 CUC, pretendía crear las condiciones para informatizar y difundir el patrimonio documental atesorado en los repositorios cubanos que, dicho sea de paso, pertenecen administrativamente al CITMA. Un proyecto de este tipo costó a los españoles en los años 90 unos 20 millones de dólares.
3.-Desde su punto de vista, ¿cuáles son las principales lecciones que ha entregado Manzanillo a la historia de Cuba?
La primera y más importante, a mi modo de ver, es la que pone los cimientos de la cultura cubana; esto es, la lucha constante por la libertad y la independencia, ora individual ora colectiva, cuando Hatuey -cacique quisqueyano-, es sometido al suplicio de las llamas y se niega ir al cielo de los españoles. En este sitio, localizado hoy en la periferia de Manzanillo a legua y media del mar, Diego Velázquez, matador del aborigen y adelantado del Rey, decide erigir la segunda villa de Cuba: San Salvador, emplazamiento que trasladado poco tiempo después hacia tierra adentro, comenzaría a llamarse San Salvador de Bayamo.
En 1604, las «playas del Manzanillo» son el escenario donde se verifican los hechos que inspiran la escritura del poema épico Espejo de Paciencia, primer monumento de la literatura cubana; en tanto; los acontecimientos se desarrollan en Cuba, aparecen los tres elementos básicos que compondrán el etnos cubano: el español, el negro y el aborigen y, aunque con atavismos clásicos formales, aparecen la campiña, los frutos y la geografía insular.
Luego, como estrella fulgurante, el parteaguas de la Historia de Cuba, el 10 de octubre de 1868, momento en que los cubanos comenzamos a ser hombres porque decidimos ser libres. Allí, en su ingenio Demajagua o La Demajagua, que en cosas esenciales el contenido lo es todo y la forma nada, el Padrazo Carlos Manuel de Céspedes erige, con y entre los manzanilleros el «Altar de la Patria» e inaugura una nueva era: la de la conquista de la libertad, empezando a sepultar la de la esclavitud. Por la manera en que define lo cubano, el sábado 10 de octubre de 1868 hace posible periodizar nuestra historia del mismo modo que los cristianos nombran el año cero de Jerusalén: antes de la Demajagua y después de la Demajagua.
Manzanillo cierra el siglo XIX con Bartolomé Masó Márquez a la cabeza; fue el representante del Partido Revolucionario Cubano (PRC) en los territorios de la actual provincia Granma, parte de Holguín y Las Tunas; abraza con lágrimas en los ojos a José Martí cuando el 19 de mayo de 1895 este pronuncia, quizás, el discurso más divino de nuestra historia y dice: «Sepan que por Cuba estoy dispuesto a que me claven en la cruz»; más tarde, el segundo de Céspedes en Demajagua se niega participar en unos comicios donde los estadounidenses le dan apoyo a Tomás Estrada Palma, negándole el derecho que le asistía a ser el primer presidente de la República.
En años republicanos, la ciudad es centro de numeroso y beligerante movimiento obrero, desde Martinillo, pionero del socialismo en el Caribe, hasta Paquito Rosales, primer alcalde comunista de Cuba cuyo legado de honradez administrativa debiera ser imitado por todos, sean o no comunistas. La ciudad entrega a las letras cubanas una comunidad intelectual de calibre con Manuel Navarro Luna, Luis Felipe Rodríguez y José Manuel Poveda; mientras la revista Orto, en un lapso ininterrumpido de 45 años de vida (1912-1957), resulta ser el magazín literario de más larga data en la Historia de Cuba. No debe olvidarse que en la ciudad se crea el primer gran homenaje al Apóstol en sus natales: la «Cena Martiniana», reverencia que, desde 1926, y por el aliento martiano de la comunidad intelectual que lo gesta, convierte la urbe en una de las más martianas de Cuba.
Si Santiago de Cuba es considerada la cuna de la revolución; Manzanillo -a decir de Navarro Luna y sin duda alguna- es el contrafuerte de la Sierra Maestra; no de otro modo Fidel Castro, en el primer discurso pronunciado en la ciudad en febrero de 1959 pudo afirmar:
“Me faltaba el pueblo que, durante el primer año de guerra fue prácticamente el primer abastecedor. […] El pueblo del cual nosotros estábamos seguros, porque cuando se trataba de huelgas, cuando se trataba de luchas, nosotros siempre contábamos que Manzanillo estaría presente […] Manzanillo tuvo fe cuando nadie creía. Tuvo fe cuando éramos doce y diez y ocho al igual que cuando posteriormente fuimos centenares de combatientes […] con la Revolución, Cuba entera debe estar agradecida de Manzanillo porque de Manzanillo salieron los primeros dineros para la Revolución, los primeros víveres, las primeras hamacas, los primeros zapatos, las primeras frazadas, las primeras medicinas y los primeros voluntarios […]»
Lamentablemente se ha producido un olvido y el agradecimiento ha quedado postergado y esa es la lección que Manzanillo ha dado a la Historia de Cuba en tiempos de Revolución: la necesidad de constante atención, de escuchar al pueblo y sus necesidades, de cambiar lo que no funciona, porque Manzanillo -a pesar de los pesares-, era la séptima u octava ciudad de Cuba al momento del triunfo revolucionario; empero, la pérdida de autonomía, de capacidad política y económica a partir de 1976 con la División Político Administrativa, la ha hecho retroceder del tal modo que hoy ocupa el 20 o 25 lugar entre las ciudades de Cuba. Atender dicha necesidad resulta imprescindible, no solo por el presente y el futuro de Manzanillo; sino, de la Revolución misma.
4.-¿Cuándo comenzó a desempeñarse como historiador de Manzanillo y a formar parte de la Academia de Historia de Cuba, el Archivo Histórico de Manzanillo y la vicepresidencia de la UNEAC en la provincia?
A la muerte de Wilfredo Urbano Naranjo Gauthier en 1994, comienzo -de facto-, a fungir como Historiador. En 1998 la Asamblea Municipal del Poder Popular me invita a una sesión ordinaria para nombrarme oficialmente; pero, el 1er. Secretario del Partido Comunista en aquellos momentos se opone al nombramiento porque según él, yo no ocultaba mi creencia en Dios. Desde esa fecha, hasta hoy, sigo fungiendo como Historiador; a pesar de que, por presiones de otro 1er. Secretario del Partido, la Asamblea Municipal del Poder Popular nombró a principios de esta década como Historiador a un compañero que había sido 1er. Secretario del Partido, Presidente del Poder Popular y Secretario Provincial de la CTC, no importa que no tuviera formación académica ni obra historiográfica que justificara tal nombramiento.
En 2014, a propuesta de dos Académicos de número y entre siete candidatos posibles, soy elegido en votación secreta y directa como miembro Correspondiente de la Academia de la Historia de Cuba.
El 20 de mayo de 1990 comienzo a trabajar en el Archivo Histórico de la ciudad de Manzanillo, en 1997 asumo su dirección hasta el 2015 en que, como resultado de una democión, me fuerzan a dejar la regencia de la institución. Actualmente me desempeño como Especialista del Archivo Histórico de Manzanillo «Modesto Tirado Avilés»
Ingreso a la UNEAC en 2006, en el 2008 mis compañeros de fila me eligen Vice-Presidente de la UNEAC en Manzanillo y Delegado al VII Congreso de la UNEAC; en 2014 resulto electo Vice-Presidente de la UNEAC en Granma y también de Manzanillo. Vuelven a elegirme como Delegado al VIII Congreso de la UNEAC.
También formo parte de la Junta Provincial de la Sociedad Cultural «José Martí» en Granma.
5.-¿Cómo lo ha ayudado su familia a llevar adelante esta labor que, obviamente, le debe llevar mucho tiempo de su vida cotidiana?
Ha sido fundamental, especialmente mi esposa quien ha quedado al cuidado y atención de los hijos y ofreciendo compañía, primero a mis padres y ahora a mi progenitora. Mi media naranja es responsable en gran parte de lo alcanzado porque me ha ofrecido, con su dedicación, tiempo, recurso invaluable que no se almacena y el que solo puede aprovecharse o perderse miserablemente. Esto en el orden práctico, en el orden espiritual, el cariño y los consejos de mi madre -la mujer más amada por mi sobre la tierra-, y de mi padre la honradez, la coherencia y el ejemplo. Otros familiares, como mi hermana por parte de padre y un tío por igual línea, han contribuido en momentos precisos al logro de proyectos. Como puedes ver, en mi caso, la familia se ha convertido en algo más que célula fundamental; ha sido, es: vía, medio, modo.
6.-Hace muy pocos días denunció que fue censurada su participación en la sección de historia Hallazgos en la televisión local, Golfo Visión. ¿A qué se debió ese acto de censura?
Creo que a la escritura y distribución del artículo «Impresiones de una visita presidencial», texto que entregué personalmente a las secretarias del Presidente del Poder Popular y 1er. Secretario del PCC en Manzanillo; de ese texto envié por correo certificado copia al Presidente de la República y por correo electrónico a más de 200 contactos, encareciendo a algunos lo hicieran llegar al Comité Central del Partido y al Consejo de Estado. También lo publiqué en el sitio http://manzanillocuba.com
7.-¿Quiénes lo cometieron?
Según me informó el guionista del programa, la decisión fue tomada por la máxima autoridad política del municipio.
8.-¿Qué razones le dieron para eliminar su presencia en el programa?
Ninguna.
9.-¿Por qué decidió hacer públicas sus impresiones sobre este hecho de censura y sobre la preparación de la ciudad para la visita del presidente cubano?
Primero porque es verdad y, como decía Martí, se ha de vivir y morir abrazado a la verdad; segundo, porque fue un acto injusto y hasta cierto punto cobarde, la forma en que sacaron a una ciudadana del parque quien solo quería hacer partícipe al Presidente de la pena que la acongojaba y ver impasible un crimen o una injusticia, es convertirse en cómplice; tercero, porque edulcurando la verdad o yendo de espalda a ella no se suprime la verdad y para remediar yerros preciso es reconocerlos y cuarto, como aldabonazo público, porque podremos tener nueva política de comunicación, nueva constitución; pero mientras no tengamos nuevos gobernantes o podamos efectivamente, sin recibir sanciones o represalias construir entre todos el sueño común, no tendremos nuevo o mejor país.
10.-¿Con que propósito nació ese programa de historia en Golfovisión?
Con el fin de difundir y promover el conocimiento histórico y cultural entre los manzanilleros; también, rendir homenaje al momento magnífico del 10 de octubre y al natalicio del Padre de la Patria el próximo 18 de abril de 2019.
11.-¿Le han propuesto regresar al programa Hallazgos?
No.
12.-¿Cuál, en su opinión, debe ser la estrategia a seguir para que la historia de Cuba llegue en toda su magnitud y de forma amena a las nuevas generaciones de cubanos?
Es la escuela el fontanar primario y más importante para adquirir sapiencia; por tanto, lo primero es que los profesores que imparten la asignatura conozcan historia de Cuba, no solo la que viene en el libro de texto y luego, que cuenten Historia, que Historia que no cuenta, es como canto que no canta, decía Homero Pendás, metodólogo de Historia. Es preciso también, lograr que el profesor relacione conocimientos, situaciones, personajes para hacer de la clase de historia un cuerpo vivo, no una entelequia oscura de causas, consecuencias e importancia histórica que después tendrán que memorizar de mal gusto los estudiantes para aprobar o acceder a estudios superiores.
La Historia, como disciplina científico-social, debe estar alimentada, como cualquier otra ciencia, por la búsqueda constante, por el cuestionamiento continuo, por la indagación inaplazable; en fin, signada por la duda socrática que nos lleve a la convicción de que nada o muy poco sabemos. Por otro lado, del mismo modo que hay buenos y malos médicos, hay buenos y malos profesores y ello, aparte del nivel científico, por la pasión con la cual se cuenta, enseña, difunde o explica la Historia, que para llegar al público -cualquiera que sea-, cautivarlo y encantarlo, es preciso estar convencido y animado de profunda intensidad en lo que se dice, porque de tal convicción emana el poder de la elocuencia.
A los jóvenes, por el tiempo en que crecen, signado por las TICs, es preciso darle en formato digital y de diversas maneras la historia, con productos multimedias donde haya imágenes, sonido, vídeos, planos animados, etc. A crear productos de este tipo con una metodología participativa, colaborativa e inclusiva he dedicado más de una década y, con honrosas excepciones, solo he recibido indiferencia y frialdad, porque tales creaciones significan esfuerzo y trabajo; o sea, salir de la zona de confort donde vegeta una burocracia que a toda solución antepone un problema.
La creación de seriados, teniendo como basa la aceptación de estos entre un gran público, sería una forma segura de llegar a los jóvenes, de igual modo, docudramas y otros formatos, alejados de pernicioso didactismo, solo tratando de reproducir la época, los conflictos, los intereses, las pasiones, los esfuerzos y los sacrificios, podrían ser de valor en una época donde el libro se consulta muy poco y se prefiere el audiovisual.
13.-¿Cómo valora la enseñanza de la historia de Cuba en los distintos niveles de enseñanza?
Si tomamos en cuenta las opiniones de muchos jóvenes, los pobres, fragmentados y dispersos conocimientos que muestran y el poco interés hacia la disciplina, se puede concluir que la enseñanza no está siendo efectiva.
14.-¿Cuáles son las principales lecciones que debemos tomar en cuenta de la historia de Cuba en esta crucial etapa que vive el país?
La historia no nos dirá cómo hacer las cosas, pero su desconocimiento nos hará irremediablemente repetir los mismos errores; por ello, aprender de sus lecciones es fundamental. Ahora bien, una cosa es comprender el pasado y sus mensajes a través de la historia como ciencia y otra tratar de diseñar el futuro a partir de los presupuestos del pasado. Tal deseo nos llevará a un callejón sin salida porque el pasado, como acontecimiento solo puede estudiarse, no repetirse; por cuanto, las circunstancias, fuerzas, oportunidades, recursos, variables y entes que lo conformaron ya no están o se han modificado drásticamente; ya lo decía Einstein, no se pueden obtener resultados diferentes si se sigue haciendo lo mismo. Debemos entender el pasado como un plano o una brújula para orientarnos en el camino, no como el medio que nos conduzca al fin deseado. Tal vez el sentir martiano de: “Líbrenos Dios del invierno de la memoria” pueda explicar como ninguno el valor no del pasado, sino de su conocimiento como guía; pues, como dijera un ensayista: “Cuando el pasado oprime la mente de los hombres como una pesadilla, solo queda espacio para el diálogo con los muertos”.
De las lecciones del pasado cubano debemos extraer, más que lo fenoménico, las ideas-fuerza que configuraron su decurso; o sea, aquello que animó a los hombres y sobre lo cual se estructuró el entramado histórico nacional que, a fuer de honestos, se pueden condensar en pocas variables: libertad individual, justicia social, independencia y soberanía nacional. A estas esencias han ido agregándosele nuevas capas que, con el devenir del tiempo y la evolución social amplifican significados, aspiraciones o lanzan al ruedo nuevas urgencias como los problemas medioambientales. Finalmente, la Historia no es un arma, es una ciencia y no debemos emplearla para justificar, sino para explicar y ello por una razón cardinal: la Historia no es sierva de la política, es su maestra más ilustre.
15.-Ha publicado una extensa obra literaria vinculada a la historia de Cuba y al Héroe Nacional, José Martí. Entre sus libros destacan «Manzanillo en la pluma de José Martí», «Presencia y recepción martiana en Manzanillo» y «Manzanillo en los 50. Rebeldía y revolución» ¿Cómo fue el proceso de investigación que lo llevó a publicar estos volúmenes?
También podría mencionar otros textos: «Jesús de Nazaret: un paradigma ético de José Martí», «El órgano oriental, señor de la música molida», «Azúcar y dependencia en Manzanillo», «Manzanillo. La Perla del Guacanayabo» y «Del fiel de Manzanillo».
El proceso investigativo fue, en unos más que otros, dilatado o trabajoso, pero siempre placentero. «Manzanillo en los 50. Rebeldía y revolución» es el resultado de mi trabajo de diploma; mientras «Jesús de Nazaret: un paradigma ético de José Martí» salió de adentro, bien adentro del alma cubana; «Presencia y recepción martiana en Manzanillo» vino a completar «Manzanillo en la pluma de José Martí»; en tanto, «Manzanillo. La Perla del Guacanayabo» y «El órgano oriental, señor de la música molida» resultan textos en coautoría. Creo justo señalar que todos estos libros son fruto de una obra realmente democrática en la república de las letras cubanas: el Sistema de Ediciones Territoriales (SET), sin su creación en la medianía de los 2000 el campo literario hubiera resultado un páramo, alumbrado solo de cuando en cuando por la producción de las editoriales nacionales.
16.-¿En qué otro proyecto trabaja ahora?
Trato de terminar, antes del bicentenario del Padrazo Carlos Manuel, el libro «Manzanillo de Cuba, el Padre de la Patria y su familia. Apuntes y documentos», texto en coautoría y en el cual pretendemos revelar la importancia seminal del tiempo manzanillero para la estructuración del carácter y la magna obra del bendito que al momento de lanzarnos al monte nos enseñó a ser hombres.
Sigo, como antiguo misionero, tratando de convencer al país de la utilidad, factibilidad y viabilidad de crear las enciclopedias de los municipios cubanos como alternativa vernácula para la difusión y socialización de la historia y la cultura en Cuba. De modo más inmediato nos queda concretar el proyecto «Anales de la UNEAC» que, cual bitácora de una nave, recogerá, desde los mismos lugares de creación, el aporte de artistas e intelectuales al constructo nacional; este proyecto -concebido sin fines de lucro- ancla su directriz gnoseológica en el presupuesto de pensar globalmente, pero actuar localmente. También, dar continuidad al Boletín Cultural «DeManzanillo» del cual hemos logrado publicar dos números.
17.-En este momento de su vida, ¿cuál es su principal propósito como historiador y cubano?
Como historiador, seguir develando las claves del presente que, guardados en cofres de mil llaves, podrían hacerse inteligibles si preguntamos correctamente al pasado. Como cubano, continuar sirviendo que es más hermoso que brillar, decisión manifestada en el hecho de que si en el camino se cruza algún entuerto, injusticia, desafuero o desgobierno, de seguro, la cuota de talento que nos toca y la pasión que nos anima saldrá a cumplir con el destino marcado por la vida a los hombres: crear y transformar, con el agregado que ahíta la condición de vivir sin precio porque en Cuba nadie compra mi silencio, fuera de ella, nadie paga mi palabra.
Manzanillo de Cuba, sábado 11 de agosto de 2018.