¿Cómo se destruye un país? o ¿cómo se mata la fe? Una página del manual.

Resumen: Sobre los esfuerzos para aplicar la informática a la preservación de la Memoria Histórica en Cuba y el desdén con que las estructuras de poder han tratado el acto creador.


Por: Delio G. Orozco González.

En virtud de relaciones de trabajo establecidas con la Universidad del Sur de la Florida (USF) en Tampa, la Biblioteca del alto centro de estudios forjó, durante el año 2002 y de consuno con Delio Orozco González -Director del Archivo de Manzanillo-, un proyecto consistente en verter a formato a digital la documentación sobre la guerra de  independencia de Cuba en 1895 vinculada con Tampa y almacenada en el Archivo Nacional de Cuba (ANC) y la Biblioteca Nacional José Martí. Los norteamericanos darían un financiamiento inicial de 15.000 USD para comprar tecnología y los cubanos digitalizarían la documentación de interés. El proyecto, de beneficio común, fracasó y no por culpa del bloqueo; sino, porque la Biblioteca dijo no estar interesada y la regencia del ANC, al poner condicionamientos insalvables, demostró el poco deseo que le animaba. Sin embargo, el historiador y archivero, penetrado de la utilidad del proyecto y el benéfico resultado que tal idea habría de aportar a la archivística nacional, comenzó a trabajar en una aplicación informática que permitiera gestionar los miles de documentos que serían digitalizados y, a pesar de conocer el triste final de lo convenido con los norteños, siguió adelante con su empeño. Así nació «Papiro», si no el primer programa cubano, uno de los primeros para la gestión de documentos de archivo.

El ingeniero Víctor Fernández Bertot fue el encargado de diseñar y programar el software; mientras la Dirección General de Archivos (DGA) ofreció el financiamiento que demandaba su construcción. Programado en Delphi, usaba como base de datos una de las más afamadas (MySQL) y si bien era una aplicación de escritorio, podía trabajarse en red pues tenía un conector (ODBC) que permitía a varias estaciones de trabajo conectarse al servidor donde estaba hospedado el gestor de Bases de Datos. En un principio se trató de que «Papiro» integrara todo el proceso de la gestión documental desde un punto de vista informático; o sea, escanear documentos, informatizar registros e imprimir reportes (búsquedas y listas de documentos). Culminada la aplicación, se solicitó a la Dirección de Informática de la DGA un Aval y Frank Millán García, al frente del área, escribió en agosto del 2004: “El proyecto PAPIRO desarrollado por el Archivo Histórico Municipal de Manzanillo […] es la única experiencia que existe hasta ahora en nuestro país en cuanto al desarrollo de un software que permita la digitalización y acceso en línea a la documentación que atesora y conserva dicha institución. Esta experiencia es de mucho valor para la Red de Archivos Históricos de nuestro país, ya que […] pudiera generalizarse esta experiencia al resto de los casi 30 Archivos Históricos del país”. Luego, ponderando las ventajas del proyecto, dice:

1.-Propiciar una mayor prontitud y facilidad de los usuarios al acceso de la información contenida en los fondos del archivo. Esto es posible ya que al existir estas copias digitalizadas en línea con bases de datos para la búsqueda por los 6 campos más utilizados internacionalmente, el usuario no necesita personarse en la institución (como se requiere hasta ahora en todos los Archivos Histórico del país) para realizar búsquedas de información que desea obtener y en caso de encontrar datos de interés, poder revisar una copia digitalizada de los originales. Por lo que incluso pueden evitarse a los investigadores tortuosos viajes interprovinciales y gastos en dietas y hospedajes sin garantía de encontrar lo que desean, ya que al alcance de un clic está esta información.

2.-Garantizar una conservación adecuada de los fondos que atesora. Este resultado es un tanto indirecto, pero no por ello deja de tener mayor importancia, ya que al existir copias digitalizadas se requiere de menos manipulación de los originales, reconocidaesta como la mayor causa de deterioro de las documentación.

3.-Contar con una herramienta desarrollada en el país para la digitalización de Fondos de Archivo. También de gran importancia, ya que herramientas de este tipo desarrolladas normalmente en países desarrollados tienen un elevado costo en moneda convertible, a lo que no pueden acceder normalmente instituciones presupuestadas como lo son los Archivos Históricos en nuestro país, sin contar los beneficios para futuras versiones.

Tal novedad debía ser promocionada y no por el programa en si mismo; sino, por el valor de uso y las potencialidades que ofrecía para la gestión de documentos y su empleo en la investigación; por tanto, su presencia en eventos históricos y archivísticos no se hizo esperar. La primera plaza fue el XV Fórum de Ciencia y Técnica en su Segunda Etapa a nivel municipal, concurso que lo distinguió con la categoría de Mención. Luego y confirmación del pasaje bíblico de que nadie es profeta en su propia tierra, llegó el Premio otorgado a la ponencia «Papiro: un sistema de conservación, digitalización, gestión y socialización de información documental para los Archivos de Cuba” en el III Encuentro de Historia Regional y Local, celebrado en Camagüey, auspiciado por la Oficina del Historiador de la Ciudad. El tribunal, integrado por investigadores, captó al instante los beneficios de una aplicación de este tipo para agilizar y abaratar la indagación histórica en los repositorios cubanos; pero, más allá de tal reconocimiento y las consabidas recomendaciones de que se generalizara su uso, otra cosa no pudieron hacer. La prensa reseñó el producto premiado en los siguientes términos:

Camagüey, 11 de noviembre (AIN).- Un producto informático pionero en Cuba que permite conservar documentación de valor histórico al evitar su manipulación, está en fase de prueba en el Archivo Histórico de Manzanillo, en la provincia de Granma. Ideado por Delio Orozco y Víctor Fernández, de esa entidad científica, el sistema digitaliza, gestiona y socializa la información, y puede ser consultada en formato electrónico a través de un eficiente proceso que posibilita recuperarla por todas las variables de almacenamiento en una base de datos.

Premiado en el III Encuentro de Historia Regional y Local, realizado la semana última en la capital camagüeyana, el producto ofrece además otras ventajas derivadas de la colocación de la información en Internet.

Denominado «Papiro», fue concebido en Delphi 7, y para su consulta en la red se diseñó un método de gestión dinámica con páginas ASP.

Su reducido tamaño es una cualidad a su favor, de sólo tres megabytes, mientras que la flexibilidad de su estructura lo hace compatible con los sistemas operativos Windows 98, 2000 y XP.

Los formatos de las consultas, en txt, jpg y tiff -tanto en estaciones de trabajo como en Internet- resultan compatibles con la mayoría de los visores de imágenes y de textos.

Épica resultó la participación de Delio Orozco y Víctor Fernández en el “IV Coloquio Iberoamericano del Papiro a la Biblioteca Virtual”, celebrado en la Biblioteca de la Casa de las Américas en marzo del 2005 y auspiciado por la Oficina Regional de Cultura de la UNESCO para América Latina y el Caribe, la Fundación Jorge Guillén, el Grupo SABINI (Automatización de Bibliotecas), la Casa de las Américas y la DGA. Fernández Bertot, quien es trabajador de laempresa DESOFT S.A, había ido a La Habana a tratar temas vinculados con su trabajo; pero, como no tenía -todavía no tiene una laptop-, tuvo que cargar con la PC de escritorio de su centro de trabajo y en ómnibus hacer el viaje de ida y vuelta. Coincidió el evento, felizmente, con su presencia en la capital y ejecutando Papiro en su computadora, cuestión que evitó sorpresas desagradables relacionadas con dependencias o configuración, los manzanilleros expusieron su trabajo que arrancó frases de elogio, especialmente a bibliotecarios y archivistas mexicanos. Tal reconocimiento, venido de profesionales foráneos, constituyó un estímulo e insufló fuerzas para seguir desandando.

Para la fecha, Maikel Pernía Matos, licenciado en Educación Laboral y Computación llegó al Archivo de Manzanillo y ocupó la plaza de Técnico Medio en dicha especialidad. Se dio por entero al mejoramiento de PAPIRO, especialmente a que este pudiera importar y trabajar con Bases de Datos CDS-ISIS. En esta tarea se encontraba enfrascado cuando la plaza es convertida a una de mayor categoría y para ocuparla era preciso contar con titulación universitaria; el joven aspiró pero no contó con la autorización de la Dirección Municipal de Educación, entidad que lo obligaba a dar clases de Historia, Biología y Español, materias para las cuales no estaba preparado además de no poseer vocación alguna para tal magisterio; empero, ese tópico penetra en otras honduras que no vienen al caso… Llenó entonces el vacío dejado por Pernía Matos el sociólogo Carlos Pollán Estrada quien, con no poco esfuerzo pero motivación, interés y gusto por la informática, logró titularse Master en Ciencias de la Computación orientadas a la Educación. Bajo los consejos de quien -sin rencor alguno-, abandonaba la institución, Pollán inició la conversión de «Papiro» a una aplicación web y entre él y Orozco González la rebautizaron «Papiro Web», sin embargo, la profusión de aplicaciones, productos y servicios que en Internet ostentaban igual gracia, provocó un nuevo bautizo: «Tocorux», término que combina las primeras letras del ave nacional de Cuba y el grafema con el cual finiquita el nombre del sistema operativo GNU/Linux.

En la medianía de la primera década del actual siglo, las tensiones entre la DGA y el Archivo Nacional de Cuba -en virtud de conflictos de intereses-, subieron notablemente de tono; entonces, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), organismo al cual pertenecían ambas entidades, decidió disolver la DGA y otorgar la regencia de la Red de Archivos a la centenaria institución que, aunque trató de equilibrar las relaciones entre todos sus integrantes, no logró su cometido porque como dice el refrán popular: “Imposible ser juez y parte al mismo tiempo”. En la primera visita que Martha Ferriol Marchena, directora del Archivo Nacional, hizo al repositorio manzanillero le dijo a Orozco González: “Hazme la propuesta de una Enciclopedia sobre el Archivo Nacional”. El pedimento se produjo después haber visto la «Enciclopedia Manzanillo» y el funcionamiento de Tocorux y aunque la concreción de la idea jamás se produjo, posibilitó visibilizar ante la regente recién estrenada el trabajo que allí hacían.

En virtud de lo antedicho y el clamor constante de los manzanilleros por generalizar su trabajo se preparó un encuentro en el ANC entre Carlos Pollán y el informático del Archivo Provincial de Las Tunas para, de consuno con los especialistas del ANC, llegar a un consenso de cómo migrar las bases de datos de CDS-ISIS a Tocorux; empero, ningún resultado arrojó aquel encuentro y eso que para la ocasión, como reminiscencia de su trabajo en el archivo manzanillero, Maikel Pernía desarrolló «Rombifex», una aplicación de escritorio para migrar Base de Datos CDS-ISIS a SQL estándar.

En octubre del 2008 y como reconocimiento a los resultados de trabajo de la institución donde laboraba, Pollán Estrada aspira a una beca que, por espacio de una semana, ofrecía el Ministerio de Cultura de España sobre “Arquitectura de Sistemas de Información Culturales” o en español castizo: “Arquitectura de Redes”. A la Madre Patria viajó el manzanillero y junto a dominicanos, colombianos, peruanos y venezolanos compartió siete días; en los cuales, ninguno de los latinoamericanos pudo mostrar nada ni siquiera parecido al trabajo que este llevaba. Solo el proyecto PARES de los anfitriones, valorado en veinte millones dólares, superaba la propuesta realizada en un “oscuro rincón del planeta”, como dijera en belicista y despreciativa frase un ex-presidente norteamericano cuyo nombre no vale la pena recordar.

En ese mismo 2008 el Archivo Nacional, de conjunto con entidades vinculadas a la cultura y los archivos de Viet-Nam, convoca a un encuentro sobre patrimonio documental e impacto de las TICs en su gestión. Como era de esperar, el archivo manzanillero eleva su propuesta, la cual, resultó aceptada y hacia la capital parten Orozco González y Pollán Estrada. Ahora, por suerte, poseían laptop personales y ello facilitaba el trabajo. La noche anterior a la exposición probaron hasta la saciedad Tocorux y con el signo favorable de un desempeño inmejorable llegaron hasta los salones del mayor repositorio cubano ubicado en las esquinas de San Isidro y Compostela. Llegada la hora de la exposición trataron de emplear sus computadoras pero no pudieron materializarlo y ello resultó fatal: ¡Tocorux no funcionó! Orozco trató de alargar la exposición tanto como pudo en el intento de que su compañero hiciera funcionar el dichoso programa; sin embargo, la frustración que lo embargaba consumía su entusiasmo y solo deseaba lo engullera la tierra; ahora comprendía cuanta amargura pudo haber experimentado Bill Gates cuando -ante el mundo- la presentación de Windows 98 devino fiasco. Los vietnamitas, conscientes del apuro en que estaba sumido el cubano, aplaudieron estruendosamente y no como escarnio; sino, como aliento, al tiempo que una Vice-Ministra del CITMA preguntaba en tono severo: ¿Quién evaluó ese programa?

El historiador manzanillero no entendía por qué un programa premiado y totalmente funcional tuviera que ser evaluado; pero, si tal evaluación significaba reconocimiento, aprobación y generalización entonces era preciso obrar de inmediato. Después de conocer que la apreciación sería conducida por el Consejo Científico del ANC con la participación de especialistas de otros centros, Orozco González requirió la participación de peritos del IDICT y la Consultaría Biomundi, instituciones con sobrada experiencia en la estimación de capacidades para la gestión de información; quienes, aceptaron de buen gusto evaluar el software tan pronto se les convocara. Sin embargo y a pesar de que con insistencia se solicitó al Archivo Nacional el ofrecimiento de una fecha y la creación de las condiciones necesarias para proceder a la evaluación de «Tocorux», el momento jamás se concretó; poco importó se hubieran destinados dineros y recursos para crear la aplicación -única de su tipo en el país-, la cual se empleaba con éxito demostrado en el repositorio de Manzanillo y posibilidades reales de extenderse a los otros archivos que, sin alternativas reales para la informatización, buscaban y todavía buscan una solución que, más que homogeneizar, estandarice y haga viable un proceso cardinal en la gestión archivística moderna.

A pesar del trato displicente dado a la experiencia, los archiveros manzanilleros continuaron el mejoramiento de Tocorux al punto de convertirlo en un CMS (Sistema de Gestión de Contenidos por sus siglas en inglés), enfocado a la gestión de documentos. Así pues, en los servidores de CITMATEL en la ciudad de Bayamo -distante de Manzanillo 62 Km-, se hospedaban ya, además de la «Enciclopedia Manzanillo» y el sitio web «Martí y Manzanillo», las Bases de Datos de los documentos que, poco a poco, se iban informatizando y los vertidos ya a formato digital; sin embargo, las elevadas tarifas que por el servicio cobraba dicha empresa y las molestias que significaba llevar las actualizaciones hasta sus servidores, obligaron a trasladar hacia el repositorio todos sus productos. Desde ese momento y a pesar de las restricciones con el consumo de electricidad, el archivo comenzó a generar un nuevo tipo de usuario: “el virtual” además de convertirse en el primer repositorio cubano que permitía la consulta de sus bases de datos en línea; o sea, entre las 8.00 am. y las 5.30 pm. desde cualquier parte del país (aún no tenían acceso a la telaraña mundial) los internautas podían consultar los registros de sus fondos y colecciones documentales. Habían dado los primeros pasos para otorgarle al repositorio la condición de agente activo de la información y el conocimiento a partir del uso y aplicación intensiva de las TICs, especialmente las libres.

La comprensión de que un archivo histórico es algo más que un repositorio de documentos, toda vez que la archivalía atesorada por el mismo es de carácter permanente y relacionadadirectamente con procesos formativos identitarios, vinculados también al imaginario nacional y a conceptos de patria y nación, la dirección del repositorio manzanillero desarrolló una estrategia de trabajo para crear Enciclopedias y Sitios Web temáticos que permitieran generar productos portables, de fácil manejo, actualizables y multiplataforma. Resultado de tal concepción nació la Enciclopedia Manzanillo (primera de una ciudad cubana), la de Carlos M. de Céspedes, resultado colaborativo con la casa natal del Padre de la Patria en Bayamo y la Enciclopedia Cultural de Manzanillo, patrocinada por la dirección del organismo en la ciudad. Para tales empeño se desarrolló una aplicación web de código abierto (Alarife), registrado a nombre del Archivo de Manzanillo y que en la actualidad se emplea en la construcción de compendios informativos de variada gama como la Enciclopedia del Deporte en Manzanillo, una Enciclopedia Martiana y otra dedicada a Celia Sánchez Manduley.

Luego de diversas gestiones para extender a los archivos cubanos las experiencias de trabajo y la valiosa ayuda de algunos amigos, especialmente investigadores del Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio (CENPALAB), el viernes 21 de octubre del 2011, Delio Orozco, acompañado del ingeniero Jesús Fajardo, llegó al edificio donde radicaba el CITMA cerca de las 10.30 de la mañana. Después de anunciar su visita, salió a recibirlos Yaroslav Borrego Morejón; quien, entre otras funciones tenía la de asistir al Ministro en funciones Fernado González Bermúdez. Borrego Morejón, con gesto cordial, saludó a los visitantes y los invitó a subir hasta las oficinas del Ministro ad hoc quien los esperaba con una taza de café humeante. De inmediato se inició el diálogo, González Bermúdez habló de su responsabilidad como integrante de la Comisión de Memoria Histórica de Cuba, de los esfuerzos que se hacían para preservar y digitalizar los Noticieros Latinoamericanos de Santiago Álvarez, de los retos que comportaba proteger la documentación de valor significativo y otros temas vinculados con el patrimonio documental; terminó su plática preguntándole a Orozco González si podía desarrollar una aplicación informática parecida a Alarife pero destinada a los archivos históricos. Orozco, con absoluta convicción, le dijo que sí.

Eufórico retornó el manzanillero a su comarca y en reunión con sus conmilitones de sueños relató la experiencia. A toda máquina empezaron el diseño «Archivaliux», la aplicación solicitada por el funcionario del CITMA; empero, ¿cuál sería el destino de Tocorux?, ¿resultaría desechado?; en lo absoluto, pasó a ser un sistema de Gestión de Portales orientado a su uso en archivos históricos, con la capacidad de contener el nuevo software que lo aventajaba en el hecho de que las Bases de Datos de documentos podrían ser convertidas en Enciclopedias Archivísticas con las mismas características que las generadas con Alarife: multiplataforma, portables y de fácil manejo; o sea, serían lo que Orozco comenzó a llamar “el archivo en casa”.

En noviembre el director del archivo manzanillero fue de nuevo a La Habana, ahora a participar en un pleno del Sistema de Archivos Históricos. Como era de esperarse, volvió sobre el mismo tema y no porque fuese monotemático; sino, porque no acaba de entender la inconsecuencia entre el discurso público que solicitaba la difusión de la historia, la cultura y el patrimonio y la práctica que no daba crédito a una vía probada y eficaz para consumarlo. Sin embargo, como la gota no horada por su fuerza sino por su persistencia; Leticia Montes, directora en ese entonces del Archivo Provincial de Sancti Spíritus; fémina que en más de una ocasión había escuchado el discurso de su homológo, le dijo: “Quiero invitarte a mi Archivo para que ofrezcas, en un curso o taller, tus experiencias informáticas”. La visita a la tierra del General Serafín Sáchez Valdivia quedó fijada para la segunda quincena del año entrante y, en enero del 2012, Delio Orozco y Carlos Pollán llegaron al segmento de Cuba por donde discurre el río Yayabo. Durante cinco días expusieron sus experiencias y con el título “Informática aplicada a la Archivística”, impartieron el primer taller que relacionaba la Archivística, la Historia y las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.

El tres de enero el historiador envió un correo a su colega donde reseñaba el esquema del seminario; lo referido a la gestión documental rezaba:

Vertiente documental: empleo de herramienta informática: Tocorux. Este programa, diseñado tomando como base la norma ISAD-G, permite crear bases de datos informatizadas, con acceso a las imágenes de los documentos de archivo. Se mostrará la base de datos del Archivo de Manzanillo y las ventajas de su empleo. Si está listo para esa fecha, se llevará otra aplicación nombrada Archivaliux que permitirá crear una Enciclopedia Archivística.

Felizmente, una primera versión de Archivaliux estuvo lista para el encuentro y aún se emplea por los archiveros espirituanos.

Para el verano de ese año el pedimento realizado por González Bermúdez, no solo estuvo terminado; sino, fue perfilado todo lo que se pudo. Cuando Delio Orozco, acompañado de nuevo por Jesús Fajardo le enseñaron, en presencia de Yaroslav Borrego, lo logrado, el aún Ministro en funciones pidió entonces un estudio de factibilidad económica para presentarlo ante las más altas estructuras de poder del país vinculadas a los temas económicos y discutir su aprobación. Esta solicitud resultaba compleja y difícil de satisfacer para Orozco; pero, la solidaridad de Fajardo y competencia en temas económicos de René Fírvida, especialista que prestaba servicios en CENPALAB, fueron decisivas y a finales de ese año estuvo terminado el Estudio de Viabilidad no de Factibilidad, porque -según criterios del especialista-, este proyecto no constituye un negocio, es una inversión que debe realizar el estado para proteger y defender elementos nucleares de su identidad; aunque, la forma en que fue pensado permitía, si no obtener ganancias, al menos ayudar y contribuir a la sostenibilidad económica de la gestión de la Memoria Histórica.

Paralelo a este acontecer un frenesí creativo cautivaba a los archiveros manzanilleros. Con el empleo de Tocorux se creó “el Portal de los Archivos en Granma”; comenzó a usarse en la gestión documental Archivaliux (el ejemplo empieza por casa); se creó «Fototeca Digital», un pequeño programa que permitía gestionar imágenes en la Web; desarrollaron «Catálogo», pequeña aplicación cliente-servidor para gestionar libros y folletos; ubicaron un pequeño diccionario de la lengua española; agregaron al portal una sección de Efemérides junto al resultado de la Tesis de Maestría de Carlos Pollán relacionada con el aprendizaje de la archivística empleando las TICs; además, la «Enciclopedia Manzanillo», la de Carlos M. de Céspedes y el sitio web «Martí y Manzanillo». Como colofón crearon el foro «El Archivero Cubano», único de su tipo en el país con tres temáticas: Archivística, Historia e Informática. Tal cantidad de información y productos disparó el uso del Portal, argumentos suficientes para que, en octubre del 2012 la Dirección de Informática del CITMA después de una visita de inspección a la provincia donde pudo constatar todo el trabajo realizado (consultaron el Portal y vieron todo lo que contenía), le otorgara al Archivo Histórico de Manzanillo el uso de Internet; a partir de ese momento el repositorio ubicado en la ciudad que reposa a orillas del Guacanayabo se convirtió en el único del área hispanoamericana que permite consultar sus fondos informatizados en línea desde cualquier parte del mundo. Dicho logro, hijo del esfuerzo, la constancia y el deseo de ser útil, es el que desean compartir con otros archivos cubanos porque “ser útil es más hermoso que brillar”, frase martiana que Orozco gusta referir.

Coordinado con el Archivo Nacional, en marzo del año 2013, Orozco González y Carlos Pollán imparten el taller “Informática aplicada a la Archivística empleando tecnologías libres”, al cual asisten, a parte de los colegas del ANC, especialistas de los archivos históricos de Villa Clara y Ciego de Ávila; también de instituciones como el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial (OCPI) y el Instituto de Historia de Cuba. Aprovechando su estancia en la capital, acuerdan discutir con el Vice-Ministro el resultado del estudio de viabilidad. Acuden al encuentro, además de los manzanilleros, Jesús Fajardo Palomino, René Fírvida y como anfitriones Yaroslav Borrego y un especialista del Departamento Económico del CITMA; quien, hizo la precisión de apellidar el proyecto con “el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones” porque en verdad no se acotaba; González Bermúdez no pudoacompañarlos porque cumplía otras tareas, señaló su asistente. Hecho estaba el estudio, hacía falta ahora fuese evaluado y comenzaba a flotar, como bruma espesa, la incertidumbre.

En el mes de mayo, Orozco González se entrevista con Elba Rosa Pérez Montoya quien ahora, además ostentar la cartera de Ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente es también Diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular por el municipio Manzanillo. El encuentro se verificó en la oficina de la Presidenta del Poder Popular y participó del breve diálogo la Delegada del CITMA en la provincia Granma, Iris Betancourt Téllez. El historiador le refiere los ingentes esfuerzos que viene haciendo para llevar a vías de hecho el proyecto que le entrega impreso, no solo en su parte teórica; sino, el estudio de viabilidad económica. La Ministra le inquiere si la dirección del ANC tiene conocimiento del mismo y su interlocutor le responde que sí, incluso, que el estudio económico fue solicitado por el Vice-Ministro Primero del organismo que ahora ella regentea; amplificó su comentario señalando que un proyecto de este tipo podía ser comercializado en países del ALBA, naciones con similitudes a la nuestra, pues necesitan validar su historia, cultura y patrimonio ante la avalancha de teorías e imaginarios desvertebradores. Elba Rosa dice: “Está bien, vamos a darle curso y tratar de implementarlo; quizás de momento no podamos financiarlo todo, primero se haría una parte y después otra”, Delio le refiere que el proyecto está pensado para cuatro años (2013-2016) y en ese momento la Delegada del CITMA sugiere una idea que el archivista encontró justa: “Si se precisa de un estudio piloto podemos empezar por Granma”. La niebla parecía disiparse.

En el verano un acontecimiento de importancia para la archivística cubana tiene lugar en Manzanillo; pues, es la primera vez que desde la creación en 2001 de la Red de Archivos de la República de Cuba se realiza una acción de este tipo. La Facultad Regional de la UCI en Granma y el repositorio local imparten el Curso de Verano «Informática aplicada a la archivística empleando tecnologías libres»; resulta este una ampliación del taller impartido en la tierra del Espíritu Santo y la capital del país al cual asisten informáticos y especialistas de Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Ciego de Ávila, Remedios, Villa Clara y La Habana. En feliz simbiosis colaborativa la Facultad -lamentablemente desaparecida-, ofreció infraestructura y tecnología mientras el archivo recursos humanos y toda la batería de productos informáticos vinculado a la especialidad en su área de competencia. Los ecos del curso, trasmitidos por el representante villareño a la dirección de su archivo, hizo posible que en octubre de ese año Delio Orozco y Carlos Pollán fueran hasta la tierra de Martha Abreu para -en versión ampliada-, replicaran la acción de superación, momento que resultó notable por cuanto emplearon la primera distribución GNU/Linux (Archiux), diseñada expresamente para el trabajo en los archivos históricos cubanos. El ciclo tecnológico diseñado para la gestión, difusión y socialización de la Memoria Histórica en sus dos vertientes desde un repositorio cubano estaba casi finalizado.

En los primeros días de febrero del 2014 una llamada telefónica sorprendió gratamente a Delio Orozco y aunque hacía bastante tiempo no escuchaba la voz, de inmediato la reconoció. Osvaldo Néstor Bebelagua Castillo, ex-Director General de la DGA, había recibido la encomienda de analizar el proyecto que fue entregado a la Ministra en Manzanillo. La experiencia de este al frente de la extinta estructura, donde con tino y equilibrio inició la creación del Sistema de Archivos de la República de Cuba, constituyó el aval necesario para que la dirección de la empresa donde trabajaba pusiera en sus manos la evaluación de una propuesta que, con modificaciones, agregados y adecuaciones frisaba ya los doce años. De inmediato se le hicieron llegar los materiales y documentos que solicitaba para el cumplimiento de la tarea asignada, cuyo dictamen resultante pasó a manos de la empresa INNOMAX; organización esta que considerando la propuesta de Bebelagua Castillo consideró oportuno recomendar al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente la implementación de la experiencia como prueba piloto.

Sin embargo y a pesar de haber presentado la documentación del proyecto como establecen los canales oficiales, el karma de vivir en el saliente cubano, alejado de instancias decisoras y la subvaloración o el desinterés por el trabajo realizado, arrojó sus frutos. Después de trece años de esfuerzo, gestiones y concreciones (Archivaliux incluso fue pagado por el CITMA: 25.000,00 MN), cursos impartidos, uso y empleo de las herramientas informáticas en los archivos de Manzanillo, Bayamo, Villa Clara y Sancti Spíritus, evaluaciones y recomendaciones por parte de expertos, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente no aprobó un solo centavo para la realización del proyecto piloto en la provincia Granma; pero, como si no fuera suficiente ignorar la única propuesta de su tipo en Cuba: «Vertientes histórico-cultural y documental para la preservación, difusión y socialización de la Memoria Histórica en Cuba empleando tecnologías libres» en el Pleno de Archivos celebrado en Noviembre de 2015 en la provincia de Camagüey, el Archivo Nacional desestimó el uso de Archivaliux y, adhiriéndose a un proyecto todavía en fase de desarrollo por parte de DESOFT en el antiguo Puerto Príncipe -con un presupuesto que duplica el costo de Archivaliux pues sus autores han calculado 58.348,00 MN-, impone el uso de esta herramienta y manda a paseo no solo los afanes; sino, los recursos invertidos, el tiempo empleado y el trabajo realizado (por ejemplo, el Archivo de Manzanillo tiene informatizados unos 40.000 registros con el empleo de Archivaliux ).

Estas decisiones pueden explicar en parte el por qué Cuba, país que ocupa el lugar 40 en la formación de sus recursos humanos, exhibe la posición 150 en su explotación; decisiones como estas explican por qué gran cantidad de profesionales emigran buscando un lugar donde no solo se les pague mejor; sino, su talento y vocación de servicio sean tenidos en cuenta; decisiones como estas demuestran los variados caminos de la dilapidación del presupuesto estatal y hacen firme el refrán de que «lo que nada nos cuesta, hagámoslo fiesta»; decisiones como estas confirman la fractura entre discurso y práctica; pues, si desde los altos niveles de gobierno se invita, promueve y legisla públicamente en nombre de la protección, promoción y difusión de la Memoria Histórica empleando las TICs, desde niveles intermedios se desoye, retarda o ignora el clamor. Ahora, alguien, sintiéndose aludido y hasta ofendido podría exclamar de modo iracundo: ¡Aquí no se dice toda la verdad! Y es cierto, no está dicha toda la verdad, pero lo que se dice, es verdad.

Manzanillo de Cuba.
Diciembre 21 de 2015.