Resumen: Celebración patriótica en la iglesia católica de Manzanillo.
Por: Carlos R. Escala Fernández.
Los católicos de Manzanillo ofrecieron en la noche del 10 de octubre último la Santa Eucaristía en conmemoración del levantamiento acaecido en esa misma fecha de 1868, en ocasión de celebrarse el aniversario 150 de aquel primer grito de independencia.
Fray Emilio Biosca Agüero, párroco de esta comunidad, abordó en su homilía el valor y presencia de la familia en la historia de la nación y sus huellas a lo largo de la Biblia y el cultivo del amor a la patria como forma de seguir el mandato divino de honrar a los padres, presente en el Decálogo, y culminó con la invitación al viaje planificado para las primeras horas de mañana al Parque y Monumento Nacional La Demajagua y la cita de las palabras de San Juan Pablo II en el Aula Magna de la Universidad de La Habana el 23 de enero de 1998.
Al finalizar el oficio religioso tuvo lugar un sencillo acto, presidido por símbolos de la cultura manzanillera y cubana como la Bandera de la Estrella Solitaria, la imagen de la Virgen del Combate, sendas reproducciones de Céspedes y la icónica unión del jagüey y la catalina, así como un ejemplar del boletín cultural DeManzanillo.
La conmemoración comenzó con las notas del Himno Nacional interpretado por Ana María Sabourín, entonado con emoción por los presentes.
El historiador Delio G. Orozco González presentó el tercer número del antedicho boletín dedicado a esta fecha en que Céspedes se convirtió en Padre de todos los cubanos. A continuación se presentó el cuarteto “Don Eduardo y sus melodías”, como genuino representante de la trova tradicional del Guacanayabo, una de las señas identitarias de la ciudad; y José M. Remón Varela, manzanillero residente en Tampa, Estados Unidos, dedicó sentidas palabras a su tierra natal, a la figura de Carlos Manuel de Céspedes, a Cuba y a la vocación de servicio que debe alentar los corazones. Además, expresó el sentir de los hermanos de la parroquia de San Patricio que lo acompañan en esta visita y de aquellos que no pudieron hacerlo pero que oran siempre por los fieles de la Isla.
La velada tuvo su fin con dos himnos patrióticos: la “Marcha de Manzanillo”, concebida por el Padrazo el 4 de octubre de 1868 a fin de entonarla en el frustrado intento de tomar esta población, y “Resurrección o el 24 de febrero”, compuesto por el mayor general Bartolomé Masó Márquez, último Presidente de la República en Armas, y musicalizado por el tenor y teniente del Ejército Libertador Ramiro Mazorra. Los últimos acordes tocados por Ana María Sabourín conmocionaron a los asistentes que nunca los habían escuchado y se dio por terminado el homenaje con el deseo e invitación a perpetuar cada día la memoria de los valientes de la Demajagua.
Tomado de: https://iglesiacubana.org/cocc/pages/articles/827