Resumen: Una visión sobre el IX Congreso de la UNEAC celebrado en La Habana entre el 28 y el 30 junio del 2019.
Por: Delio G. Orozco González.
Historiador.
Manzanillo de Cuba.
Advertencia: Toda visión íntima y personal está trasvasada por la experiencia vital y formación ético cognitiva del testimoniante; por tanto, resulta imposible aprehender la totalidad causal y fáctica de un evento donde podrían existir más de quinientas miradas, procedentes no solo de casi toda la geografía insular; sino, con diversidad ocupacional, gustos y profesiones. Así pues, afirmar que aquí no está toda la verdad resulta postulado perogrullesco; empero, con esa misma certeza señala el cronista que lo dicho es verdad y si bien puede errar en sus juicios, afirma que no miente, porque se adhiere al postulado martiano de decir lo que piensa y expresar lo que siente, conducta que distingue los hombres honrados. Fin de la advertencia.
La víspera.
El viernes 28 de junio, un poco después de las 2.00 am, los delegados de la actual provincia Granma al IX Congreso de la UNEAC abordaron en Bayamo el ómnibus que los llevaría a La Habana. Había salido el transporte desde Guantánamo, recogido en Santiago de Cuba a los representantes de esa indómita región y en la Numancia cubana subieron a la guagua Juan Ramírez, presidente recién electo del Comité Provincial en Granma; Luis Carlos Suárez, escritor; Juan González Fiffe, director de teatro y Delio Orozco González, historiador y Vice-Presidente de la organización en el Comité Municipal de Manzanillo, quien llegó hasta el punto de embarque gracias a la buena voluntad del gobierno municipal, el director de cultura y el chofer de este último. Completaron la delegación granmense el director de cultura provincial Roberto León Rodríguez; Luis Carlos Frómeta Agüero, presidente saliente y el ideológico del Partido Comunista en la provincia Bladimir Rodríguez Zambrano. El día anterior, acompañados de la prensa, habían visitado sitios de interés económico en Bayamo que, si bien tributan o han de tributar a la economía provincial, denotan una de las falencias del sistema socio económico cubano: las desigualdades en el desarrollo territorial por la concentración de las inversiones en las capitales o grandes ciudades lo que acentúa y torna complejo conjurar la emigración y sus nefandas consecuencias en los municipios porque las oportunidades productivas se han esfumado, sustraído, eliminado o no priorizado; es pues, cardinal, más allá de cercos y bloqueos, obrar prudentemente y en este caso el decir de Gracián nos viene como anillo al dedo: “Pise firme y en el medio, aléjese de los extremos que todos son peligrosos”.
La planta de beneficio de granos (frijol y maíz) actualmente en construcción, fue el primer centro visitado. Con un costo en moneda total de 5 millones de pesos, pondrá a disposición del consumo nacional y el turismo en la provincia una leguminosa libre de impurezas; mientras el maíz -lamentablemente preterido-, habrá de convertirse por su nobleza en alimento de primera línea para personas y animales; y si alguien duda de su poder vivificador, pregúntenle a la historia precolombina americana, a los manzanilleros que durante la crisis de los años 30 del pasado siglo XX sembraron 94 caballerías del magnífico alimento para mitigar el hambre o a los mexicanos que lo han declarado patrimonio de su cultura. La segunda parada recayó en lo que será la fábrica de tabaco mecanizado, emplazada en la otrora manufactura de cigarros Moya, instalación que -trabajando a plena capacidad-, producirá 74 millones de puros anuales satisfaciendo la demanda desde Camagüey hasta Guantánamo. Claro, hablar de ingresos y empleos a partir del tabaco resulta complicado; pues esta hoja, fumada ya por los pobladores originarios de Cuba, ha sido y es la causante de un crecido número de enfermedades respiratorias y muertes, aunque no tantas como las producidas por accidentes automovilísticos y a pesar de ello no dejan de producirse autos en el mundo. Finiquitó la visita a entidades productivas en Granlac (antigua Nestlé), patrimonio de la industria bayamesa fundada en 1936; la cual, por su encargo social y resultados obtenidos, resulta empresa de primera línea en la alimentación de cientos de miles de personas y ello merece aplauso, a pesar de que su actual regente no haya acertado del mismo modo cuando tuvo en sus manos las riendas políticas de Manzanillo.
El paseo terminó en diálogo con Federico Hernández, Primer Secretario del PCC en Granma; quien, esbozó los resultados obtenidos por el territorio y el otorgamiento del acto nacional por el 26 de Julio. Informó de metas cumplidas y planes futuros; habló entonces el delegado manzanillero de la necesidad de transparentar dicha información para, con elementos concretos, poder justipreciar el laboreo colectivo y hacer menos acerba la opinión en algunos de que “[…] si Granma con tantos problemas había obtenido la sede, como debían estar el resto de las provincias”. Resultó franca, respetuosa y constructiva la plática, recordaron compromisos mutuos adquiridos tiempo atrás y, aunque diferencias pueden existir, el placer de crecer, a pesar de los pesares, embargó a todos. No se contagió el congresista con el “síndrome de Estocolmo”, tampoco contrajo deudas de gratitud, y es que poco o nada vale el hombre que cambia opiniones por una cena, una gorra, una camiseta, un portavasos, una jarra y un bolso, obsequios que, cual muestra de cortesía hacia un grupo de intelectuales elegidos en asamblea soberana, confirma el poder de la coherencia, el respeto que otorga la verticalidad del carácter y la responsabilidad pública de no solo criticar lo malo; sino, aplaudir lo bueno, no como ditirambo o adulación hacia quien detenta el poder y sí como obligación ciudadana, que de ciudadanos está urgida la república.
Las encomiendas.
Públicas y privadas, que todo momento es propicio para hacer bien al prójimo. En virtud de asentarse en ella la capital de la república, La Habana, con 500 años de fundada, no solo acoge los centros de poder político y gubernamental de la nación, también los principales circuitos de promoción cultural, los grandes medios de difusión como la radio y la televisión, industrias de primera línea, instituciones, organizaciones, las mejores y mayores entidades de recreo y asueto, junto a un abanico de oportunidades que imanta, como en otras partes del mundo, una población deseosa de ampliar horizontes y labrar caminos de futuro a una vida que, estancada, rutinaria o en agónico crecimiento, no logra satisfacer en sus lugares de residencia naturales y legítimas aspiraciones. Un amigo envió alimentos a su unigénito, también carta con solicitud que, de resolverse, más allá de constituir acto de justicia, haría más llevadera su vida; otra pidió le entregaran a su hermana el documento necesario para un trámite importante; mientras, un manzanillero que en la capital reside y de nostalgia padece, solicitó un mapa de Manzanillo para localizar en él los sitios que le recordaban aquellos años mozos ya idos; el congresista, por su parte, se las ingenió para -sin faltar a las sesiones del Congreso-, abrazar al hijo menor destacado en una unidad militar, calmar sus desasosiegos y hablarle en dulce tono, timbre muy distinto a la jerga marcial y ello por una razón única e intransferible: “Un hijo es el mayor premio que la vida ofrece a un hombre”. Y como la solidaridad es un carril de ida y vuelta, un hacedor de versos, radicado hace tiempo en La Habana, pidió se entregara en Manzanillo, a quien fuera su compañera, un paquete de leche en polvo y medicinas.
El delegado, más allá de intervenir en las sesiones del cónclave, se había impuesto dos obligaciones: dar a conocer el boletín cultural «DeManzanillo», al día de hoy, la única publicación de su tipo en este segmento de la Cuba profunda y entregar al Presidente de la República una copia del documental «Manzanillo de Cuba». Comenzó a cumplir la primera cuando en el mismo ómnibus entregó a guantanameros, santiagueros y villaclareños (montaron en la tierra de Martha Abreu), dos números del susodicho boletín -el 5 y el 6-; luego, en el Palacio de Convenciones, locación escogida para el Congreso, repartió más de 150 ejemplares entre otros concurrentes. En una memoria flash iba el documental, meditaba en la forma más expedita de hacerlo llegar al regente nacional, cuando en plática sostenida con un coterráneo este le informó que ya no era necesario; pues él, amigo de la familia de Díaz-Canel, lo había depositado en manos de la esposa del presidente cubano. Por cierto, en el número 6 del supradicho boletín se dice sobre la pieza audiovisual:
El 6 de mayo de 2019 en el Teatro Manzanillo, minutos después de las 8.30 p.m., se presentó casi a teatro lleno el documental «Manzanillo de Cuba» de la también manzanillera, Lenia Sainiut. La directora, quien ha probado su garra creativa en la Televisión Serrana, dio un giro de 180º en la estética de su casa matriz, dedicada a presentar en pantalla documental la sociología de la serranía cubana, especialmente la de la provincia Granma. Con 80 minutos de duración, resulta una polifonía que recuerda y reclama, desde la historia y el presente, los aportes de la ciudad y su entorno al constructo identitario nacional y la necesidad de atender un justo clamor que nada tiene que ver con insanos jingoísmos, vulgares ambiciones o egoístas regionalismos. No todo fue dicho, quizás faltó síntesis, tal vez equilibrio entre los testimoniantes; pero algo si resultó inapelable: el gozo inefable con el cual se recibió una propuesta que desde la verdad y el sentimiento aboga por una ciudad mejor. Los sostenidos aplausos finales rubricaron lo necesario y benéfico de una obra de amor, sincera y justa, además.
Pocos días antes de la partida, el delegado manzanillero recibió la visita de un miembro de la Compañía folclórica Okán Addé (única de su tipo en la ciudad con veinte años de existencia); quien, portador de legítimo disgusto, pedía hiciera llegar al Ministro de Cultura el desacuerdo tácito del colectivo artístico ante la decisión tomada por el Consejo Provincial de Artes Escénicas en Granma de disolver dicha agrupación. Consciente del valor de la información como activo para el entendimiento, el congresista informó al Ideológico Provincial del PCC y al Presidente del Poder Popular en Manzanillo de la situación creada; al mismo tiempo, sugirió al reclamante elaborar un detallado documento donde explicitaran las razones de su inconformidad y lo signara la totalidad de los integrantes del grupo. La decisión del Consejo Provincial, precipitada, partía de una revisión practicada por una Comisión Nacional que, ante algunas deficiencias artísticas, pedía un término prudente (un año según los artistas), para tomar una decisión respecto al grupo; pero, en ningún momento, sugería una drástica disolución. Felizmente, y cual moraleja sacada del film estadounidense “Enemy mine”, donde la comunicación puede deshacer odios y prejuicios, el diálogo practicado entre todas las partes involucradas, el mismo día que inició el Congreso (viernes 28 de junio), evitó la consumación de un desatino cultural que nada bueno podría traer. De todos modos, cumpliendo la palabra empeñada en tanto esa debe ser la función de alguien que carga sobre sus hombros el mandato de los demás, el Ministro de Cultura Alpidio Alonso recibió la carta firmada por todos los integrantes de Okán Addé, agrupación que tiene, entre sus méritos, haber prohijado la celebración en Manzanillo de la “Fiesta del Mar”, evento celebrado entre el 6 y el 8 de septiembre y donde las evocaciones a la Virgen Madre, en las figuras de la de Regla y la del Cobre, une a cubanos de diversas creencias, ganancia neta de una cultura donde aborígenes, negros, europeos, asiáticos y otros componentes étnicos confirman la mixtura de lo cubano.
El Congreso.
Mejor organizado que las dos ediciones anteriores, 2008 y 2014. Por ejemplo, después de quince horas de viaje, los congresistas llegaron al hotel Tulipán, base de alojamiento, y sin necesidad de agotadora cola, en menos de 10 minutos ya sabían la habitación que les correspondía y acreditaron con toda la documentación necesaria para las discusiones en comisiones. A diferencia del 2014, donde la elección de los miembros al Consejo Nacional y las Secciones consumió un tiempo precioso, casi 6 ó 7 horas, restándoselo a intercambios más fructíferos, ahora, en dos o tres, sin reclamos y/o expresiones de vanidad personal, se eligió el Consejo Nacional -órgano colegiado de dirección de la organización entre un congreso y otro- y la dirección de las secciones, estructura organizacional de la UNEAC compuesta de: -Escritores, -Músicos, -Artistas de las Artes Plásticas, -Creadores del Cine, la Radio y la Televisión y Artistas Escénicos. Las discusiones en comisiones, iniciadas a las dos de la tarde, terminaron cerca de las seis del sábado 29 y ya, al día siguiente, a las nueve de la mañana, en poder de todos los congresistas e invitados, estaban impresos los dictámenes con el núcleo duro de lo debatido la jornada anterior; mientras la no realización del concierto de Buena Fe tuvo como causa un imponderable de fuerza mayor: llovió.
Ahora bien, a partir de la celebración de encuentros propositivos y discusiones en las secciones, comités municipales y provinciales, se elaboró un informe devenido en núcleo duro de los debates en comisiones, las cuales fueron identificadas de la siguiente forma:
Comisión I: Creación artística y relación con las instituciones.
Comisión II: Proyección social de la cultura.
Comisión III: Cultura, medios y redes sociales.
Comisión IV: Cultura, turismo y mercado.
Comisión V: Enseñanza artística y relación con los jóvenes creadores.
Comisión VI: Estatutos.
En virtud del trabajo, experiencia y resultados del congresista manzanillero en el uso de las TICs y la campaña que cual cruzado moderno realiza desde hace más de una década tratando de hacer entender las potencialidades y posibilidades de la computación y las redes para difundir historia y cultura, especialmente la generada y acumulada en esos sitios donde la vida se agita y manifiesta: lo local y regional, se encaminó derecho hacia la comisión número tres. A pesar de la deficiente climatización, el espacio se llenó de hombres y mujeres deseosos de exponer sus puntos de vistas, ideas, propuestas y aspiraciones en un tema que sin duda alguna transversaliza la sociedad cubana actual. Moderada o dirigida por Magda Resik Aguirre, la mesa estuvo presidida por Víctor Gaute, Miembro del Secretariado del CC del PCC; Jorge Luis Perdomo, Ministro de Comunicaciones; María Elena Salgado, Viceministra Primera del MINCULT; Alfonso Noya, Presidente del ICRT y ya en las postrimerías se incorporó Abel Prieto Jiménez, Presidente de la Oficina del Programa Martiano.
La intervención del delegado manzanillero fue una de las 43 que se escucharon esa tarde de sábado y, con el objeto de hacer viable y práctica su aportación facilitando la participación de otros congresistas, constriñó su decir a cuatro puntos, interpelando en las dos primeras al Ministro de Comunicaciones a quien preguntó por qué no se liberaliza la navegación nacional; o sea, se ofrece de manera gratuita el acceso a los sitios cubanos como forma concreta de intencionar el acceso a contenidos que se desea sean consumidos por lo cubanos residentes en la isla. Expresó el diciente que de acuerdo a su experiencia; quien tiene un saldo de 30 ó 40 centavos en CUC no los emplea en visitar los sitios de la prensa nacional u otros portales donde el acontecer se expone desde la mirada insular; sino, que lo usa en comunicarse con el familiar que cumple misión o vive en el extranjero para saber cómo está la salud y mantener los vínculos que los unen o solicitar le envíe una remesa para resolver un problema perentorio; continuó diciendo que si tal apertura hacía colapsar las redes por el número de abonados (según cifras oficiales en el país existen cerca de 5 millones de líneas móviles) y la falta de infraestructura, podíase entonces seleccionar un grupo de sitios o portales que por su interés y contenido podían interesar a los internautas y relató como, a partir de la dependencia hacia las nuevas tecnologías, especialmente los celulares, cuando no se tiene saldo, se puede ver como los viajantes en camiones (el modo más sólito de viajar en la Cuba profunda entre municipios), se dedican a escuchar música o a jugar con los dispositivos. Remató su decir aludiendo a Maquiavelo; quien, justificaba el medio para lograr un fin y como este pronunciamiento levantó algún rumor, se mantuvo firme en su planteamiento porque esta propuesta era un medio concreto para lograr un fin deseado; pues, resulta un mal nuestro que los verbos empleados en muchos informes quedan en infinitivo: ayudar, contribuir, fortalecer, sostener sin poder sustantivarse en la práctica, a fin de cuentas, el único criterio valorativo de la verdad.
La segunda propuesta, también pregunta al Ministro de las Comunicaciones, estribó en por qué no se crean en Cuba, regenteadas por el estado, redes locales en los distintos municipios, armazón comunicativa que ligará a las personas en sus mismos lugares de residencia creando las estructuras que, llegado el momento, podrán servir de pivote para amplificar el alcance de las comunicaciones en la isla. El manzanillero habló de poner servidores en los Joven Club de Computación y Electrónica (JCCE) y en ellos alojar productos y servicios a un precio mucho más competitivo que los 15 CUC mensuales del Nauta Hogar para navegar solamente 30 horas al mes. Hospedar en los servidores mencionados juegos como «Dota» o «WOW» podría resarcir la inversión en un abrir y cerrar de ojos; mientras 100 pesos cubanos -puede ser incluso menos-, al mes, daría acceso a esa red las 24 horas del día los 30 días del mes. En este punto, la moderadora -en son de broma-, expresó que el ponente tenía ya un puesto asegurado en el MICOM y el hablante replicó que su exposición no buscaba empleo porque ya tenía uno; además, sus propuestas emanaban de la experiencia y vínculo con las TICs y aunque no lo dijo allí; la proposición databa de 2017, cuando -como miembro de la Unión de Informáticos de Cuba (UIC)-, la hizo llegar a la dirección de dicha organización, recibiendo solo buena acogida, nada más.
Continuó el congresista en el uso de la palabra refiriéndose a la necesidad de crear un canal televisivo destinado a mostrar la estética y la vida de ese segmento que gusta llamar «Cuba Profunda», extendido desde la Punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio y donde la cultura resulta inmanente. Si por cuestiones financieras o tecnológicas no puede crearse en Santiago de Cuba, su creación en la capital -donde además de los canales nacionales radica el canal Habana-, es deseable, logrando con ello diversificar el discurso visual del país al mostrar el trabajo realizado por los telecentros y corresponsalías que pueblan la geografía antillana.
Terminó el delegado su exposición abordando el tema de la Memoria Histórica y la necesidad inminente de iniciar un proyecto para salvar ese acontecer local y regional que, en el municipio -sal de la democracia a decir de José Martí-, nos revela el rostro de la nación. Se cuenta con los programas informáticos, la experiencia y el talento, es hora pues, de obrar. Así finiquitó el congresista manzanillero su participación activa en el IX Congreso de la UNEAC.
Dos o tres turnos después, el presidente de los creadores audiovisuales en Sancti Spíritus, declaró adherirse a la propuesta del colega “de Granma” en el sentido de liberalizar la navegación nacional para que los internautas cubanos pudieran acceder a la programación en línea de las más de 100 plantas radiales con que cuenta el país. La última intervención de la comisión estuvo a cargo de Ricardo Ronquillo, presidente de la UPEC; quien, refirió la necesidad de tomar en cuenta para el posicionamiento de la cultura cubana, el nuevo escenario comunicacional donde las hegemonías mediáticas van en declive y se construyen jerarquías culturales al margen de los medios tradicionales, poniendo como demostración de tal realidad el caso del “cantante” Chocolate.
Le tocó entonces el turno a la mesa y Jorge Luis Perdomo, Ministro de Comunicaciones, resultó el primero en hacer uso de la palabra. Dijo le resultaban interesantes las propuestas explayándose luego en varias consideraciones vinculadas a planes e inversiones futuras necesarias para llevarlas a cabo. El delegado manzanillero no pudo desenredarle la respuesta; por eso, al día siguiente interpeló de nuevo al funcionario y este le explicó que en los momentos actuales era imposible otorgar tal gratuidad en los teléfonos con el servicio de datos móviles que alcanzan los casi 2,5 millones de usuarios porque ello colapsaría el servicio, entonces el congresista preguntó si tal liberalización podría contemplarse para las zonas wifi y su interlocutor respondió que en tales sitios quizás fuese viable. Sobre las redes locales o municipales no emitió juicio alguno, limitándose a referir que los juegos a hospedar debían ser educativos. Lo breve del encuentro no permitió al congresista explicar que los títulos propuestos no implicaban retos peligrosos para niños y jóvenes y que a nivel mundial celébranse torneos de este tipo entre equipos de diferentes países. Desconoce el Ministro que en Cuba existe un servidor nacional de WOW y en el JCCE principal de Manzanillo hay uno de DOTA; en otras provincias también existen. Estos juegos de estrategia, con criaturas míticas, tienen un chat incorporado, lo que ayuda a crear lazos entre los jugadores y desarrollar sentimientos gregarios y colaborativos. El hecho es que el manzanillero aún no encuentra una respuesta coherente para el siguiente cuestionamiento: ¿si los particulares crean redes privadas; por ejemplo, en la capital de la república existe una por la cual se abonan, para mantenimiento y gastos de operaciones solo 25 pesos cubanos, qué razones impiden al estado cubano crear enlaces de este tipo a nivel municipal? La respuesta no puede ser nunca prohibir o eliminar las redes ya creadas; sino, buscar alternativas para crear las propias y amplificar las posibilidades. Eso es también informatizar la sociedad cubana.
Preciso es hacer aquí un acto de justicia. El primer punto del dictamen de la Comisión «Cultura, medios y redes sociales» dice textualmente: “La necesidad de seguir trabajando en la estrategia país para la preservación de la memoria histórica con una visión integradora de todas las entidades y organismos que atesoran el patrimonio sonoro, audiovisual e impreso” y la UNEAC, que aboga y apuesta por tal política, con la coherencia que le ha faltado a otros organismos, aprobó y tiene en ejecución un proyecto titulado «Anales de la UNEAC» con el objeto preciso de llevar a formato digital la historia de la organización donde quiera que exista un comité, ya provincial, ya municipal; el currículum y obra creadora de sus miembros; las actividades y eventos que organizan o auspician y las publicaciones que hayan sacado a la luz pública. La iniciativa, financiada bajo la modalidad de proyecto sin fines de lucro, está concebida en tres momentos: oriente, centro y occidente y al día de hoy se trabaja intensamente en el saliente cubano. ¡Bien por la UNEAC!
Fin de la cita
Llegó el domingo 30 de junio y con su advenimiento la última jornada. Como era de esperar asistió el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, también el de la Asamblea Nacional Esteban Lazo, el Ministro de Cultura, personalidades del ramo a nivel de país y otros funcionarios del estado. Abrió la sesión Miguel Barnet Lanza quien leyó el texto Desafíos actuales de la cultura cubana, hubo un breve receso y después se leyeron los dictámenes de las comisiones. A partir de aquí se abrió el debate en plenaria, para gusto del congresista manzanillero muy breve, incluso más breve que en el congreso del 2014 y que resulta, según su opinión, talón de Aquiles de estos encuentros. ¿Por qué?, mucho de lo dicho en reuniones y encuentros previos no se socializa por diversas razones; no es lo mismo señalar una dificultad, ofrecer una solución o proponer un cambio de rumbo ante un funcionario municipal o provincial, carente de prerrogativas o capacidad de acción, que hacerlo ante las máximas autoridades del país y finalmente porque la vida siempre será más rica que cualquier preparación teórica. El IX Congreso de la UNEAC comenzó en junio del 2018 y en un año el discurrir de la existencia humana toma los más impensables derroteros.
Fue la doctora Graciela Pogolotti la primera en ofrecer sus impresiones, atendiendo a sus años, su aún lucidez mental y la generosidad de Miguel Barnet. De sus palabras, con dos postulados se quedó el delegado manzanillero; la necesidad de entender los mecanismos por los cuales se banaliza la cultura y si bien es imperioso trabajar por salvar la Memoria Histórica, resulta imprescindible hacerlo también con la narrativa de la nación, aquella que se obtiene del estudio, difusión y socialización de la historia y cultura nacional, planteamiento este que caló hondo en el congresista por cuanto hace cerca de tres lustro insiste en este punto, ofreciendo pruebas irrefutables como la Enciclopedia Manzanillo, Enciclopedia Cultural de Manzanillo, Enciclopedia Carlos Manuel de Céspedes, Enciclopedia Celia Sánchez Manduley y más recientemente la creación de los Anales de la UNEAC, donde el correspondiente a Manzanillo está casi listo en su primera versión. Recordó entonces la reunión de abril 27 del corriente año calendario con las autoridades provinciales y el compromiso público asumido entre ambos para crear los compendios digitales de los municipios de la provincia Granma; y es que con los compromisos solo hay dos alternativas posibles: honrarlos o incumplirlos. Cree el delegado de la ciudad acunada por el Golfo del Guacanayabo que este Congreso habrá de contribuir a que se honre la palabra empeñada.
Hizo uso entonces de la palabra Víctor Fowler y para su colega fue quizás, la más lúcida de las intervenciones. Dijo el crítico y escritor que era preciso pensar y construir, también desde la cultura, una teoría del socialismo para las nuevos tiempos y razón no le faltaba. El derrumbe de la experiencia socialista en la antigua URSS y países del campo socialista demostró, de forma inapelable, que el modo en que se implementó el modelo resultó fallido: desaparecieron. No por gusto Alexander V. Buzgalin, en el prólogo al texto El futuro del socialismo, proemio que para los cubanos escribió en Guanabo y firmó el 20 de enero de 2000, expuso:
[…] el socialismo, a fines del siglo XX, perdió con el capitalismo incluso en el terreno de la teoría. Sin jugar hasta el final este “partido”; sin dar una explicación -suya- más precisa, más perspectiva, de las leyes del actual mundo global que las elaboradas por el liberalismo burgués y por el post-modernismo; sin repensar dialécticamente (de manera positiva, que conserve lo positivo) y criticando al Marxismo, sin crear una teoría del socialismo del siglo XXI, marcharemos como a ciegas, por el método de pruebas y errores y…… perderemos.
No parece fortuito -sostiene el congresista manzanillero-, que el testamento político de Fidel Castro, el concepto de Revolución, haya sido pronunciado el 1ro. de mayo de ese mismo año; texto en el cual, -redactado casi seguro después de meditado estudio-, lega, a partir de crítica revolucionaria, claves básicas para entender la disolución del socialismo, instando a los cubanos a no cometer los dislates de la URSS y su entorno socialista más cercano. Invita; pues, a usar el sentido común, el sentido que más comúnmente falta a los hombres, cuando dice que Revolución es sentido del momento histórico, cuando señala que ha de cambiarse todo lo que deba ser cambiado (por supuesto, lo que no funciona, entorpece, ralentiza, daña, molesta o crea descontento), cuando refiere que sin libertad y justicia plena para todos no puede existir Revolución alguna, cuando dice que será imposible sostener una Revolución si se miente y violan principios éticos, cuando dice que todos deben tratar y ser tratados como seres humanos (eso, por supuesto, condena discriminaciones de cualquier tipo) y es que sin la prevalencia de tales presupuestos en la construcción social, será muy difícil luchar por sueños de justicia para Cuba y el mundo, que son -según él-, la base del patriotismo, el socialismo y el internacionalismo cubanos y ello por una sencilla razón: por dinero se mata, pero no se muere.
El poeta Waldo Leyva fue portador de la propuesta del intelectual mexicano Pablo Casanova de que Cuba asumiera, cuando lo creyese oportuno, un Congreso en Defensa de la Vida, en tanto la misma está amenazada desde varias aristas y nadie mejor que la isla, por su historia solidaria en defensa de la existencia humana, para asumir un convite de tal magnitud. Mientras el bardo hacía público el interés del azteca, la imaginación del manzanillero volaba y soñaba con el lema que podía presidir tal encuentro: ¡Viva la Vida!, alarido magnífico del humanista Miguel de Unamuno.
Enrique (Kiki) Quiñones, humorista, expuso en pocas palabras el punto de quiebre de las relaciones entre algunos representantes del poder y determinados intelectuales que los primeros suelen descalificar con adjetivos de problemáticos, francotiradores y contestatarios. Al evaluar a estos componentes del gremio con celo patriótico excesivo y parámetros ultramontanos, sin acudir siquiera al diálogo en busca de un saludable entendimiento -que como decía Gracián, nunca hubo buena guerra ni tampoco mala paz-, castigándolos por el atrevimiento de poner en práctica lo que aprendieron en la escuela (la Edad de Oro es libro de cabecera de la educación cubana), sin comprender que del mismo modo que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo lugar en el espacio, dos personas no pueden pensar igual, se atenta contra la solidez del conjunto y donde aparece una brecha, penetra el pandemónium, que no todos tiene la fuerza que necesita el patriota para resistir la indiferencia, los ataques, los intentos de linchamiento mediático y la exclusión. Desconocer tal diversidad de opiniones y puntos de vista hace más daño que bien al país y como tal circunstancia resulta todavía más común de lo que se cree, esta intervención fue quizás la más aplaudida de las vertidas por los congresistas esa mañana.
Esteban Morales, en análisis práctico de la historia, expuso que los cubanos nunca llegarían a poseer el arsenal militar para disuadir a su histórico adversario; empero, con inteligencia, coraje y uso creativo de las armas de la cultura, podían -como se ha hecho durante seis décadas-, ganar aliados entre el pueblo norteamericano y sumar fuerzas al logro de una convivencia respetuosa entre naciones.
Alex Pausides, con la lógica de los poetas, dijo que los versos no pueden parar los tanques, la música detener los obuses, la danza impedir un bombardeo; pero esas expresiones de la cultura podían, sin duda alguna, hacer más plena y feliz la existencia humana; por tanto, a su creación, difusión y disfrute por parte del pueblo debían darse los artistas en cuerpo y alma.
Pidieron intervenir cerca de 30 congresistas; sin embargo, solo un poco más de diez tuvo la oportunidad de exponer sus puntos de vista; en tanto, hay cosas que no pueden ser expresadas en tres palabras, como reconoció el propio Miguel Barnet. El manzanillero había preparado, con antelación, algunas ideas básicas para conducir su exposición; no obstante, al no pedir la palabra, perdió la oportunidad de exponerla en plenario, tal vez estaba prejuiciado porque en el congreso anterior fue el primero en solicitarla y no se la otorgaron, tal vez también porque percibió lo reducido del tiempo y creyó sería atropellar algo que merecía ser explicitado con mayor detenimiento; de todos modos, siempre quedaba la opción de verterlas por escrito y así llegarían a conocerlas tanto los que estuvieron en la sala como los que no. De haber pedido la palabra y obtenerla, algo así hubiera dicho Orozco González en la sesión clausura del IX Congreso de la UNEAC:
……………..
Compatriotas:
La verdad y las razones no tienen partido, los hombres si, y para que amigos y enemigos sepan como pensamos cuando de Cuba se trata, decimos de modo lapidario, a la manera de José Antonio Saco que no fue anexionista: Cuba antes, Cuba primero, Cuba después.
Y ¿qué es Cuba para nosotros?, Cuba no es cuadro en la pared, ni una película, ni una canción, ni un libro, mucho menos una puesta en escena; Cuba, como patria, son los todos los hombres y mujeres que aquí nacen, viven, trabajan, sufren, ríen, padecen y mueren; incluso, como construcción intelectual y emocional es un sentimiento que acompaña a los que viven lejos de su geografía y les duele vivir distanciados de sus ríos, playas, sabanas, montes, ciudades, palmas y gentes y para el cruel que intenta y hace sufrir a Cuba, le digo en prosa poética de aliento mambí que su desprecio, petulancia y prepotencia la paso por donde el coloso de Rodas se pasaba los barcos.
Fijada esta línea de principios, preciso es responder dos interrogantes: ¿cuál es el papel del intelectual? y ¿para qué sirven los Congresos?, como se preguntaba días atrás mi amigo Giordan Rodríguez Milanés.
A la primera pregunta respondemos diciendo que el intelectual, antes que hombre o mujer del pensamiento debe ser ciudadano, materia prima esencial de una república, que sin ciudadanos esta no existe. Dedicado a una profesión en específico: escritor o escritora, pintor o pintora, músico, artista del cine, la radio o la televisión, bailarín o bailarina, actor o actriz de teatro, el intelectual debe siempre estar alerta, estremecerse y responder ante cualquier injusticia porque la justicia tiene que ser primero, el arte viene después. A la segunda decimos que han de servir para discutir, proponer, sugerir, ofrecer, ajustar, criticar y buscar soluciones; en fin, reponer provisiones como los marineros para seguir la travesía de la vida con el firme propósito de, al llegar nuevamente a puerto, ser mejores navegantes y haber vencido recias tormentas, no para lamentarse o seguir repitiendo las mismas incapacidades, debilidades o problemas con los cuales se echaron a la mar en el puerto de origen. Si los congresos no sirven para eso, es preferible quedarse en el buque, ahorrar energías y con inteligencia corregir el rumbo para evitar que unos, desilusionados, decidan abandonar la travesía y otros, cansados, intenten amotinarse.
Un tema recurrente en el decurso histórico cubano es la unidad; pero ¿qué es para nosotros la unidad? La unidad es la parte mínima e indivisible del todo, entidad que tiene ritmo propio, color, preferencias, gustos, opiniones, creencias y que, imantada por ideas fuerzas, se arremolina conscientemente hacia el centro del conjunto dándole fortaleza y homogeneidad al interactuar con las otras unidades que lo forman; de modo que, excluir o castigar algunas de las unidades atendiendo a sus características, formas de ser o decir constituye acto antiunitario que puede comprometer la solidez y dureza del conjunto. Se entenderá excluible alguna unidad del conjunto cubano solo si de mala fe y conscientemente obra contra este, que decir con honradez lo que se piensa y expresar lo que se siente, al actuar como ciudadano denunciando la injusticia, la corrupción y las mentiras, solo es obrar contra la injusticia, la corrupción y las mentiras, no contra Cuba.
Convencido de que el deber de un hombre está allí donde es más útil y los esfuerzos en nombre del bien común deben hacerse en el lugar de donde nos viene inmediata pena o gusto, hablo, no como la conciencia pública de nadie; sino, como un hombre de conciencia que vive y crea en una de las regiones más pobres de Cuba, por lo menos eso dicen los índices de desarrollo humano calculados por instituciones cubanas y los casi estáticos niveles de crecimiento poblacional.
Ahora bien, ningún análisis honrado de la situación cubana puede desconocer el impacto de las sanciones y prohibiciones norteamericanas, especialmente el endurecimiento ocurrido desde que el actual mandatario ocupó la presidencia de los Estado Unidos; pero con esa misma verticalidad debemos reconocer que al alcance de nuestras manos no está, en lo inmediato, revertir dicha situación; por lo tanto, nos queda, más allá de una resistencia viril, dedicarnos, con pasión e inteligencia a modificar lo que podemos cambiar y a mejorar lo que está al alcance nuestras manos; dejemos de mirar constantemente atrás, hacia lo que hemos hecho, concentrémonos en el futuro, en lo que nos queda por hacer. Más que desear esperanzados, es preciso crear mecanismos para que la autonomía de los municipios no sea letra muerta, para que los miembros de los Consejos Provinciales tengan voz y voto activo haciendo que la repartición de los recursos sea mucho más equitativa y justa; empero, con tales materializaciones no basta, es preciso ciudadanizar el gasto público; o sea, dar participación al soberano en la decisión de dónde y en qué cuantía emplear los recursos materiales y financieros; también, lograr una verdadera rendición de cuentas que, en forma transparente, proteja a los gobernantes y otorgue credibilidad a su gobierno. No puedo dejar de recordar, cada vez que hablo de este tema, lo que hizo Paquito Rosales, aquel tabaquero y primer alcalde comunista de Cuba; quien, entre 1940 y 1944 condujo los destinos públicos de Manzanillo y, para evitar cuestionamientos a su administración, colocó una pizarra a la entrada del Ayuntamiento donde aparecían los ingresos, los gastos y el estado financiero de la alcaldía; también Modesto Tirado Avilés, comandante del Ejército Libertador, amigo de José Martí y primer alcalde por elección popular en Manzanillo después de terminada la dominación española, mandó a publicar un folleto donde dejó constancia de su gestión económica, dando cuentas del uso y empleo del último centavo y si ellos lo hicieron, ¿por qué no pueden hacerlo los actuales gobernantes? No olvidemos que la confianza se gana, no se hereda.
Finalmente, será el vínculo sistemático de los conductores políticos y gubernativos con los intelectuales a través del diálogo, la clave para derrotar sospechas, despejar situaciones complejas, acercar posiciones, sepultar desconfianzas y alzar la cultura como herramienta de salvación -que no arma, las armas matan-; convirtiéndola en evangelio de resistencia y felicidad humana.
Muchas gracias.
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Después de la última intervención, fue presentado el nuevo ejecutivo de la UNEAC, encabezado ahora por el joven Luis Morlote; en tanto, el saliente Miguel Barnet fue aclamado como Presidente de Honor de la organización. Fueron presentados también los presidentes de secciones y comités provinciales. Acto seguido, ocupó el podio el presidente de la República quien pronunció un discurso del cual no se hablará porque no se explica lo que se sabe; de todos modos, nueve ideas, cual dardos o saetas surcaron el aire y arrancaron exclamaciones y aplausos a los allí congregados:
1.-Resulta inaceptable que no se comprenda que todas las instituciones culturales existen por y para los creadores y su obra, no a la inversa, y que el burocratismo y la falta de profesionalidad ahogan la creación.
2.-Releer, al calor de las nuevas circunstancias, «Palabras a los intelectuales» y darle el contenido que los tiempos actuales nos están exigiendo.
3.-La convicción de que hay más y mejores resultados donde la creación se apoya en nuevos soportes tecnológicos que facilitan el trabajo.
4.-Propiciar una muy intensa actividad cultural en todas nuestras ciudades y zonas turísticas que, a la vez que enriquezca la vida cultural del pueblo, atraiga y conquiste al visitante. Es preciso ser auténticos y dejar de vender “shows enlatados”, productos de seudocultura que responden más a la rentabilidad que al orgullo de mostrar quiénes somos realmente.
5.-Sobran las insatisfacciones de artistas y creadores que deben gestionarse absolutamente todo para difundir o promocionar su trabajo, mientras quienes tendrían la responsabilidad de hacerlo ejercen una suerte de parasitismo desde la inactividad. Los artistas tienen el deber de pagar sus impuestos, pero no deberían tener que abonar a las empresas si estas no han tenido nada que ver con los contratos de trabajo, con su promoción ni con su amparo jurídico.
6.-No vamos a limitar la creación, pero la Revolución que ha resistido 60 años por haber sabido defenderse, no va a dejar sus espacios institucionales en manos de quienes sirven a su enemigo, sea porque denigran cualquier esfuerzo por sobreponernos al cerco económico o porque se benefician de los fondos para destruir a la Revolución.
7.-Nos hemos propuesto realizar encuentros mensuales con la directiva electa y grupos de creadores, junto a los ministerios, para revisar todo cuanto podamos colaborar en arrancarles cada vez un pedazo mayor a los problemas y dificultades.
8.-No dejen morir el Congreso. Trabajen por hacer realidad todo lo que entiendan que aportará al bien de la nación, a su espiritualidad, al porvenir que quieren negarnos los que no han podido destruirnos.
9.-Desatar una irreconciliable batalla contra la incultura y la indecencia, y en ese bregar los creadores deberán ser, como siempre, como pidió Fidel en Palabras a los intelectuales: más que espectadores, actores.
De esta forma culminó el IX Congreso de la UNEAC.
Manzanillo de Cuba.
Sábado 6 de julio de 2019.